jueves, 14 de junio de 2012

A MI PRIMA HERMANA MARICARMEN SUAREZ

.A MI PRIMA HERMANA MARICARMEN SUÁREZ: ¡QUE MAZAZO NOS DA LA VIDA, CUANDO MENOS LO ESPERAMOS! SUBÍA A SAN MATEO EN EL COCHE DE GLOBAL A LA UNA Y MEDIA DE LA TARDE, UNA LLAMADA EN MI MÓVIL ME CAMBIÓ EL RUMBO DE LA TARDE, MI PRIMO AGUSTÍN RAMÓN ME DECÍA, “TE VOY A DAR UNA TRISTE NOTICIA, MI HERMANA MARI CARMEN HA FALLECIDO” Y ¡DE VERDAD! LA NOTICIA ME IMPACTÓ TANTO QUE ME PARECÍA ALGO IRREAL ¡QUE NO PODÍA SER! MI PRIMA HERMANA, MARI CARMEN, HABÍA FALLECIDO, EN ESE MOMENTO TODOS LOS RECUERDOS SE TE AGOLPAN. CRECIMOS JUNTOS COMO HERMANOS EN LA MISMA CASA, AUNQUE ÉRAMOS PRIMOS, SIEMPRE NOS VIMOS COMO HERMANOS JUNTO CON : LOLÍNA, EUSEBIN Y AGUSTÍN RAMÓN. RECUERDO AQUEL 12 DE AGOSTO DE 1945 EN QUE NACISTE, ERA UN DÍA DIÁFANO ¡ DE GRAN ALEGRÍA!. TAMBIÉN RECUERDO TU BAUTIZO Y PRIMERA COMUNIÓN, DE MANOS DEL VENERABLE Y SANTO SACERDOTE DON SEGUNDO VEGA ARMAS EN LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE LAS PALMAS DE GRAN CANARIA E IGUALMENTE AQUEL OCHO DE DICIEMBRE EN QUE TE UNISTE EN SANTO MATRIMONIO. CON JOSÉ LUIS CÁRDENES, FRUTO DE ESE MATRIMONIO NACIERON: FRANCISCO JOSÉ, ALBERTO, JAVIER Y ALICIA. FUISTE MARI CARMEN UNA EXCELENTE HIJA, ESPOSA, MADRE Y ABUELA, EL FRUTO LO HAS RECOGIDO CON CRECES POR ESOS CUATRO HIJOS MARAVILLOSOS QUE TRAJISTE AL MUNDO:: FRANCISCO JOSÉ, JAVIER, ALBERTO Y ALICIA, CHICOS CARIÑOSOS A NO PODER MÁS.Y QUE HOY LO ESTÁN DEMOSTRANDO. . CURTIDA A LO LARGO DE TU VIDA CON ACONTECIMIENTOS COMO ¡LAS MUERTES DE TU HIJO ALBERTO, TU MADRE Y ÚLTIMAMENTE TU PADRE, SIN EMBARGO NUNCA TE VÍ TRISTE, LA PROCESIÓN IBA POR DENTRO PERO AL EXTERIOR DEMOSTRABAS UN INMENSO AMOR HACIA LOS DEMÁS, COMO TODOS DECÍAN EN EL TANATORIO, ERAS UN PUNTAL EN TODAS LAS LABORES PARROQUIALES, ¡SEGURO QUE TE VAN A ECHAR DE MENOS, PERO, SOBRE TODO AQUELLOS A LOS QUE VEÍAS DESATENDIDOS O QUE LES DABAN LA ESPALDA. MARI CARMEN, ESTOY SEGURO, QUE TE HAS PRESENTADO ANTE DIOS PADRE CON LAS MANOS LLENAS, TAL VEZ NO DE GRANDES FRUTOS, PERO SI ¡ENCALLECIDAS POR EL TRABAJO REALIZADO!. QUE ES LO IMPORTANTE LA VERDAD QUE TU CRUZ LA LLEVASTE CON SOBRENATURALIDAD, COMO ALGO QUE DIOS TE HABÍA REGALADO. ESTOY SEGURO QUE DESDE HOY ESTÁS GOZANDO EN EL PARAÍSO, SOLO TE PEDIMOS QUE NOS AYUDES, QUE NOS INFUNDAS ESE ESPÍRITU QUE TENÍAS Y DABAS A RAUDALES. ¡DESCANSA EN PAZ HERMANA! PORQUE CUMPLISTE CON TU DEBER SIEMPRE, Y COMO DECÍA AL PRINCIPIO DE HIJA, ESPOSA, MADRE Y ABUELA . INTACHABLE. FRANCISCO JOSÉ, JAVIER Y ALICIA! RECOJAN EL TESTIGO QUE HOY TU MADRE LES HA DEJADO E IMIÍTENLA, QUE POR DONDE VAYAN LOS QUE LES VEAN, VEAN A MARI CARMEN O MEJOR A JESÚS AL CUAL TU MADRE QUISO SERVIR SIEMPRE CON AMOR DESINTERESADO, DISPUESTA A ENTREGARSE A LOS DEMÁS, NO SE OLVIDEN DE HABLARLE A SUS NIETOS DE LA ABUELA QUE TIENEN EN EL CIELO. COMO LE DECÍA A ALICIA, PIDANLE, ESTOY SEGURO QUE DESDE EL CIELO VA A INTERCEDER POR CADA UNO DE USTEDES., DE NOSOTROS Y POR SUPUESTO DE TODAS LAS OBRAS DE LA PARROQUIA Y DE SUS COLABORADORAS QUE VAN A SEGUIR TRABAJANDO INTENSAMENTE POR LA EXTENSIÓN DE LA PALABRA DE DIOS. ¡MARI CARMEN! DESCANSA EN PAZ. TU PRIMO HERMANO.: BLAS GONZÁLEZ

viernes, 4 de mayo de 2012

VIERNES IV DE PASCUA 04-05-2012

Día litúrgico: Viernes IV de Pascua Texto del Evangelio (Jn 14,1-6): En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas mansiones; si no, os lo habría dicho; porque voy a prepararos un lugar. Y cuando haya ido y os haya preparado un lugar, volveré y os tomaré conmigo, para que donde esté yo estéis también vosotros. Y adonde yo voy sabéis el camino». Le dice Tomás: «Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?». Le dice Jesús: «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí». Comentario: Rev. D. Josep Mª MANRESA Lamarca (Les Fonts del Vallès, Barcelona, España) «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí» Hoy, en este Viernes IV de Pascua, Jesús nos invita a la calma. La serenidad y la alegría fluyen como un río de paz de su Corazón resucitado hasta el nuestro, agitado e inquieto, zarandeado tantas veces por un activismo tan enfebrecido como estéril. Son los nuestros los tiempos de la agitación, el nerviosismo y el estrés. Tiempos en que el Padre de la mentira ha inficionado las inteligencias de los hombres haciéndoles llamar al bien mal y al mal bien, dando luz por oscuridad y oscuridad por luz, sembrando en sus almas la duda y el escepticismo que agostan en ellas todo brote de esperanza en un horizonte de plenitud que el mundo con sus halagos no sabe ni puede dar. Los frutos de tan diabólica empresa o actividad son evidentes: enseñoreado el “sinsentido” y la pérdida de la trascendencia de tantos hombres y mujeres, no sólo han olvidado, sino que han extraviado el camino, porque antes olvidaron el Camino. Guerras, violencias de todo género, cerrazón y egoísmo ante la vida (anticoncepción, aborto, eutanasia...), familias rotas, juventud “desnortada”, y un largo etcétera, constituyen la gran mentira sobre la que se asienta buena parte del triste andamiaje de la sociedad del tan cacareado “progreso”. En medio de todo, Jesús, el Príncipe de la Paz, repite a los hombres de buena voluntad con su infinita mansedumbre: «No se turbe vuestro corazón. Creéis en Dios: creed también en mí» (Jn 14,1). A la derecha del Padre, Él acaricia como un sueño ilusionado de su misericordia el momento de tenernos junto a Él, «para que donde esté yo estéis también vosotros» (Jn 14,3). No podemos excusarnos como Tomás. Nosotros sí sabemos el camino. Nosotros, por pura gracia, sí conocemos el sendero que conduce al Padre, en cuya casa hay muchas estancias. En el cielo nos espera un lugar, que quedará para siempre vacío si nosotros no lo ocupamos. Acerquémonos, pues, sin temor, con ilimitada confianza a Aquél que es el único Camino, la irrenunciable Verdad y la Vida en plenitud.

jueves, 3 de mayo de 2012

SANTOS FELIPE Y SANTIAGO, APÓSTOLES

Día litúrgico: 3 de Mayo: Santos Felipe y Santiago, apóstoles Texto del Evangelio (Jn 14,6-14): En aquel tiempo, Jesús dijo a Tomás: «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí. Si me conocéis a mí, conoceréis también a mi Padre; desde ahora lo conocéis y lo habéis visto». Le dice Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta». Le dice Jesús: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: ‘Muéstranos al Padre’? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre está en mí? Las palabras que os digo, no las digo por mi cuenta; el Padre que permanece en mí es el que realiza las obras. Creedme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí. Al menos, creedlo por las obras. En verdad, en verdad os digo: el que crea en mí, hará él también las obras que yo hago, y hará mayores aún, porque yo voy al Padre. Y todo lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré». Comentario: Rev. D. Joan SOLÀ i Triadú (Girona, España) «Yo soy el camino, la verdad y la vida. (...) El que me ha visto a mí, ha visto al Padre» Hoy celebramos la fiesta de los apóstoles Felipe y Santiago. El Evangelio hace referencia a aquellos coloquios que Jesús tenía sólo con los Apóstoles, y en los que procuraba ir formándolos, para que tuvieran ideas claras sobre su persona y su misión. Es que los Apóstoles estaban imbuidos de las ideas que los judíos se habían formado sobre la persona del Mesías: esperaban un liberador terrenal y político, mientras que la persona de Jesús no respondía en absoluto a estas imágenes preconcebidas. Las primeras palabras que leemos en el Evangelio de hoy son respuesta a una pregunta del apóstol Tomás. «Yo soy el camino, la verdad y la vida. Nadie va al Padre sino por mí» (Jn 14,6). Esta respuesta a Tomás da pie a la petición de Felipe: «Señor, muéstranos al Padre y nos basta» (Jn 14,8). La respuesta de Jesús es —en realidad— una reprensión: «¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me conoces Felipe?» (Jn 14,9). Los Apóstoles no acababan de entender la unidad entre el Padre y Jesús, no alcanzaban a ver al Dios y Hombre en la persona de Jesús. Él no se limita a demostrar su igualdad con el Padre, sino que también les recuerda que ellos serán los que continuarán su obra salvadora: les otorga el poder de hacer milagros, les promete que estará siempre con ellos, y cualquier cosa que pidan en su nombre, se la concederá. Estas respuestas de Jesús a los Apóstoles, también nos las dirige a todos nosotros. San Josemaría, comentando este texto, dice: «‘Yo soy el camino, la verdad y la vida’. Con estas inequívocas palabras, nos ha mostrado el Señor cuál es la vereda auténtica que lleva a la felicidad eterna (...). Lo declara a todos los hombres, pero especialmente nos lo recuerda a quienes, como tú y como yo, le hemos dicho que estamos decididos a tomarnos en serio nuestra vocación de cristianos».

miércoles, 2 de mayo de 2012

MIEÉRCOLES IV DE PASCUA 02-05-2012

Día litúrgico: Miércoles IV de Pascua Texto del Evangelio (Jn 12,44-50): En aquel tiempo, Jesús gritó y dijo: «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado; y el que me ve a mí, ve a aquel que me ha enviado. Yo, la luz, he venido al mundo para que todo el que crea en mí no siga en las tinieblas. Si alguno oye mis palabras y no las guarda, yo no le juzgo, porque no he venido para juzgar al mundo, sino para salvar al mundo. El que me rechaza y no recibe mis palabras, ya tiene quien le juzgue: la Palabra que yo he hablado, ésa le juzgará el último día; porque yo no he hablado por mi cuenta, sino que el Padre que me ha enviado me ha mandado lo que tengo que decir y hablar, y yo sé que su mandato es vida eterna. Por eso, lo que yo hablo lo hablo como el Padre me lo ha dicho a mí». Comentario: P. Julio César RAMOS González SDB (Salta, Argentina) «El que cree en mí, no cree en mí, sino en aquel que me ha enviado» Hoy, Jesús grita; grita como quien dice palabras que deben ser escuchadas claramente por todos. Su grito sintetiza su misión salvadora, pues ha venido para «salvar al mundo» (Jn 12,47), pero no por sí mismo sino en nombre del «Padre que me ha enviado y me ha mandado lo que tengo que decir y hablar» (Jn 12,49). Todavía no hace un mes que celebrábamos el Triduo Pascual: ¡cuán presente estuvo el Padre en la hora extrema, la hora de la Cruz! Como ha escrito Juan Pablo II, «Jesús, abrumado por la previsión de la prueba que le espera, solo ante Dios, lo invoca con su habitual y tierna expresión de confianza: ‘Abbá, Padre’». En las siguientes horas, se hace patente el estrecho diálogo del Hijo con el Padre: «Padre, perdónales porque no saben lo que hacen» (Lc 23,34); «Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu» (Lc 23,46). La importancia de esta obra del Padre y de su enviado, se merece la respuesta personal de quien escucha. Esta respuesta es el creer, es decir, la fe (cf. Jn 12,44); fe que nos da —por el mismo Jesús— la luz para no seguir en tinieblas. Por el contrario, el que rechaza todos estos dones y manifestaciones, y no guarda esas palabras «ya tiene quien le juzgue: la Palabra» (Jn 12,48). Aceptar a Jesús, entonces, es creer, ver, escuchar al Padre, significa no estar en tinieblas, obedecer el mandato de vida eterna. Bien nos viene la amonestación de san Juan de la Cruz: «[El Padre] todo nos lo habló junto y de una vez por esta sola Palabra (...). Por lo cual, el que ahora quisiese preguntar a Dios, o querer alguna visión o revelación, no sólo sería una necedad, sino que haría agravio a Dios, no poniendo los ojos totalmente en Cristo, evitando querer otra alguna cosa o novedad».

martes, 1 de mayo de 2012

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA PARA EL MES DE MAYO

INTENCIONES DE ORACIÓN DEL PAPA PARA EL MES DE MAYO Ciudad del Vaticano, 30 abril 2012 (VIS).-La intención general del Apostolado de la Oración del Santo Padre Benedicto XVI para el mes de mayo es: “Para que sean promovidas en la sociedad las iniciativas que defienden y refuerzan el papel de la familia”. Su intención misionera es: “Para que María, Reina del mundo y Estrella de la evangelización, acompañe a todos los misioneros en el anuncio de su Hijo Jesús”.

MARTES IV DE PASCUA 01-05-2012

Día litúrgico: Martes IV de Pascua Santoral 1 de Mayo: San José, obrero Texto del Evangelio (Jn 10,22-30): Se celebró por entonces en Jerusalén la fiesta de la Dedicación. Era invierno. Jesús se paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón. Le rodearon los judíos, y le decían: «¿Hasta cuándo vas a tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente». Jesús les respondió: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros no creéis porque no sois de mis ovejas. Mis ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas me siguen. Yo les doy vida eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano. El Padre, que me las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno». Comentario: Rev. D. Miquel MASATS i Roca (Girona, España) «Yo y el Padre somos uno» Hoy vemos a Jesús que se «paseaba por el Templo, en el pórtico de Salomón» (Jn 10,23), durante la fiesta de la Dedicación en Jerusalén. Entonces, los judíos le piden: «Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente», y Jesús les contesta: «Ya os lo he dicho, pero no me creéis» (Jn 10,24.25). Sólo la fe capacita al hombre para reconocer a Jesucristo como el Hijo de Dios. Juan Pablo II hablaba en el año 2000, en el encuentro con los jóvenes en Tor Vergata, del “laboratorio de la fe”. Para la pregunta «¿Quién dicen las gentes que soy yo?» (Lc 9,18) hay muchas respuestas... Pero, Jesús pasa después al plano personal: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Para contestar correctamente a esta pregunta es necesaria la “revelación del Padre”. Para responder como Pedro —«Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo» (Mt 16,16)— hace falta la gracia de Dios. Pero, aunque Dios quiere que todo el mundo crea y se salve, sólo los hombres humildes están capacitados para acoger este don. «Con los humildes está la sabiduría», se lee en el libro de los Proverbios (11,2). La verdadera sabiduría del hombre consiste en fiarse de Dios. Santo Tomás de Aquino comenta este pasaje del Evangelio diciendo: «Puedo ver gracias a la luz del sol, pero si cierro los ojos, no veo; pero esto no es por culpa del sol, sino por culpa mía». Jesús les dice que si no creen, al menos crean por las obras que hace, que manifiestan el poder de Dios: «Las obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí» (Jn 10,25). Jesús conoce a sus ovejas y sus ovejas escuchan su voz. La fe lleva al trato con Jesús en la oración. ¿Qué es la oración, sino el trato con Jesucristo, que sabemos que nos ama y nos lleva al Padre? El resultado y premio de esta intimidad con Jesús en esta vida, es la vida eterna, como hemos leído en el Evangelio.

lunes, 30 de abril de 2012

LUNES IV DE PASCUA 30-04-2012

Día litúrgico: Lunes IV (B y C) de Pascua Texto del Evangelio (Jn 10,1-10): En aquel tiempo, Jesús habló así: «En verdad, en verdad os digo: el que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera. Cuando ha sacado todas las suyas, va delante de ellas, y las ovejas le siguen, porque conocen su voz. Pero no seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque no conocen la voz de los extraños». Jesús les dijo esta parábola, pero ellos no comprendieron lo que les hablaba. Entonces Jesús les dijo de nuevo: «En verdad, en verdad os digo: yo soy la puerta de las ovejas. Todos los que han venido delante de mí son ladrones y salteadores; pero las ovejas no les escucharon. Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo; entrará y saldrá y encontrará pasto. El ladrón no viene más que a robar, matar y destruir. Yo he venido para quetengan vida y la tengan en abundancia». Comentario: Rev. D. Francesc PERARNAU i Cañellas (Girona, España) «El que entra por la puerta es pastor de las ovejas (...) las ovejas escuchan su voz (...) y las ovejas le siguen, porque conocen su voz» Hoy continuamos considerando una de las imágenes más bellas y más conocidas de la predicación de Jesús: el buen Pastor, sus ovejas y el redil. Todos tenemos en el recuerdo las figuras del buen Pastor que desde pequeños hemos contemplado. Una imagen que era muy querida por los primeros fieles y que forma parte ya del arte sacro cristiano del tiempo de las catacumbas. ¡Cuántas cosas nos evoca aquel pastor joven con la oveja herida sobre sus espaldas! Muchas veces nos hemos visto nosotros mismos representados en aquel pobre animal. No hace mucho hemos celebrado la fiesta de la Pascua y, una vez más, hemos recordado que Jesús no hablaba en un lenguaje figurado cuando nos decía que el buen pastor da su vida por sus ovejas. Realmente lo hizo: su vida fue la prenda de nuestro rescate, con su vida compró la nuestra; gracias a esta entrega, nosotros hemos sido rescatados: «Yo soy la puerta; si uno entra por mí, estará a salvo» (Jn 10,9). Encontramos aquí la manifestación del gran misterio del amor inefable de Dios que llega hasta estos extremos inimaginables para salvar a cada criatura humana. Jesús lleva hasta el extremo su amor, hasta el punto de dar su vida. Resuenan todavía aquellas palabras del Evangelio de san Juan introduciéndonos en los momentos de la Pasión: «La víspera de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiera amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin» (Jn 13,1). De entre las palabras de Jesús quisiera sugerir una profundización en éstas: «Yo soy el buen pastor, conozco a las mías y las mías me conocen a mí» (Jn 10,14); más todavía, «las ovejas escuchan su voz (...) y le siguen, porque conocen su voz» (Jn 10,3-4). Es verdad que Jesús nos conoce, pero, ¿podemos decir nosotros que le conocemos suficientemente bien a Él, que le amamos y que correspondemos como es debido?