martes, 24 de mayo de 2011

EVANGELIO DEL MARTES V DE PASCUA

Contemplar el Evangelio de hoy

QUE NOS DICE JESÚS A TRAVÉS DEL EVANGELIO DE ESTE DÍA? NOS HABLA DE LA PAZ QUE NOS DEJA, PAZ QUE SOLO ÉL NOS PUEDE DAR ¿SOMOS CAPACES DE AMAR TAN INTENSAMENTE A JESUS?
NO NOS OLVIDEMOS QUE PARA QUE TUVIÉRAMOS PAZ, JESUS SE ABRAZA A LA CRUZ Y A TRAVÉS DE ELLA NOS REDIME DE TODOS LOS PECADOS. ¿QUEREMOS CORRESPONDERLE? NO NOS OLVIDEMOS QUE LOS PEQUEÑOS O GRANDES DOLORES QUE TENGAMOS "TENEMOS QUE OFRECERCELOS A ÉL"¿ HA HABIDO ALGUIEN QUE NOS HAYA AMADO MAS QUE JESÚS? JESUS NOS AMA TANTO QUE DIÓ LA VIDA POR NOSOTROS ¡Y DE QUE FORMA! NOS AMÓ TANTO QUE DIÓ LA VIDA POR NOSOTROS ¿SEREMOS CAPACES DE CORRESPONDERLE?

QUE LA MEDITACIÓN SOBRE EL EVANGELIO DE HOY MARTES V DE PASCUA, NOS HAGA VER PLENAMENTE EL AMOR DE DIOS HACIA NOSOTROS, FUÉ TAN GRANDE QUE DIÓ SU VIDA POR TI, POR MÍ Y POR TODA LA HUMANIDAD.

¿VAMOS A SER TAN MAL AGRADECIDOS QUE NO LE VAMOS A CORRESPONDER? NO OLVIDEMOS EN ESTE DÍA A NUESTRA MADRE DEL CIELO "MARÍA" Y ENCOMENDEMOS A ELLA, NUESTRO REFUJIO, ESTA TERMINANDO EL MES DE MAYO, HOY DÍA DE "MARÍA AUXILIADORA" NO NOS OLVIDEMOS CONSAGRARNOS A ELLA Y DE FORMA ESPECIAL COMO NOS DICE EL SANTO PADRE BENEDICTO XVI, PIDÁMOSLE POR LOS CRISTIANOS DE CHINA. Y PONGAMONOS EN MANOS DE MARÍA, NO NOS OLVIDEMOS DE LA BODA EN CANA, "HACED LO QUE MI HIJO OS DIGA" ¿ES TAN DIFICIL ESTÁR AL SERVICIO DE DIOS? NO NOS OLVIDEMOS LO QUE NOS DICE HOY


MI PAZ OS DEJO, MI PAZ OS DOY, NO NOS LA DÁ COMO EL MUNDO,

¡ACEPTEMOS ESA PAZ VERDADERA QUE DIOS NOS DA!

¡AFERRÉMONOS A ESA PAZ!



Día litúrgico: Martes V de Pascua
Texto del Evangelio (Jn 14,27-31a): En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Os dejo la paz, mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo. No se turbe vuestro corazón ni se acobarde. Habéis oído que os he dicho: ‘Me voy y volveré a vosotros’. Si me amarais, os alegraríais de que me fuera al Padre, porque el Padre es más grande que yo. Y os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis. Ya no hablaré muchas cosas con vosotros, porque llega el Príncipe de este mundo. En mí no tiene ningún poder; pero ha de saber el mundo que amo al Padre y que obro según el Padre me ha ordenado».

Comentario: Rev. D. Enric CASES i Martín (Barcelona, España)

«Mi paz os doy; no os la doy como la da el mundo»

Hoy, Jesús nos habla indirectamente de la cruz: nos dejará la paz, pero al precio de su dolorosa salida de este mundo. Hoy leemos sus palabras dichas antes del sacrificio de la Cruz y que fueron escritas después de su Resurrección. En la Cruz, con su muerte venció a la muerte y al miedo. No nos da la paz «como la da el mundo» (cf. Jn 14,27), sino que lo hace pasando por el dolor y la humillación: así demostró su amor misericordioso al ser humano.

En la vida de los hombres es inevitable el sufrimiento, a partir del día en que el pecado entró en el mundo. Unas veces es dolor físico; otras, moral; en otras ocasiones se trata de un dolor espiritual..., y a todos nos llega la muerte. Pero Dios, en su infinito amor, nos ha dado el remedio para tener paz en medio del dolor: Él ha aceptado “marcharse” de este mundo con una “salida” sufriente y envuelta de serenidad.

¿Por qué lo hizo así? Porque, de este modo, el dolor humano —unido al de Cristo— se convierte en un sacrificio que salva del pecado. «En la Cruz de Cristo (...), el mismo sufrimiento humano ha quedado redimido» (Juan Pablo II). Jesucristo sufre con serenidad porque complace al Padre celestial con un acto de costosa obediencia, mediante el cual se ofrece voluntariamente por nuestra salvación.

Un autor desconocido del siglo II pone en boca de Cristo las siguientes palabras: «Mira los salivazos de mi rostro, que recibí por ti, para restituirte el primitivo aliento de vida que inspiré en tu rostro. Mira las bofetadas de mis mejillas, que soporté para reformar a imagen mía tu aspecto deteriorado. Mira los azotes de mi espalda, que recibí para quitarte de la espalda el peso de tus pecados. Mira mis manos, fuertemente sujetas con clavos en el árbol de la cruz, por ti, que en otro tiempo extendiste funestamente una de tus manos hacia el árbol prohibido».


.

No hay comentarios:

Publicar un comentario