lunes, 9 de enero de 2012

EVANGELIO DE HOY 09-01-2012, 1º DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

D�a lit�rgico: Lunes I del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Mc 1,14-20): Despu�s que Juan fue entregado, march� Jes�s a Galilea; y proclamaba la Buena Nueva de Dios: �El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios est� cerca; convert�os y creed en la Buena Nueva�. Bordeando el mar de Galilea, vio a Sim�n y Andr�s, el hermano de Sim�n, largando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jes�s les dijo: �Venid conmigo, y os har� llegar a ser pescadores de hombres�. Al instante, dejando las redes, le siguieron. Caminando un poco m�s adelante, vio a Santiago, el de Zebedeo, y a su hermano Juan; estaban tambi�n en la barca arreglando las redes; y al instante los llam�. Y ellos, dejando a su padre Zebedeo en la barca con los jornaleros, se fueron tras �l.

Comentario: Rev. D. Joan COSTA i Bou (Barcelona, Espa�a)

�Convert�os y creed en la Buena Nueva�

Hoy, el Evangelio nos invita a la conversi�n. �Convert�os y creed en la Buena Nueva� (Mc 1,15). Convertirse, �a qu�?; mejor ser�a decir, �a qui�n? �A Cristo! As� lo expres�: �El que ama a su padre o a su madre m�s que a m�, no es digno de m� (Mt 10,37).

Convertirse significa acoger agradecidos el don de la fe y hacerlo operativo por la caridad. Convertirse quiere decir reconocer a Cristo como �nico se�or y rey de nuestros corazones, de los que puede disponer. Convertirse implica descubrir a Cristo en todos los acontecimientos de la historia humana, tambi�n de la nuestra personal, a sabiendas de que �l es el origen, el centro y el fin de toda la historia, y que por �l todo ha sido redimido y en �l alcanza su plenitud. Convertirse supone vivir de esperanza, porque �l ha vencido el pecado, al maligno y la muerte, y la Eucarist�a es la garant�a.

Convertirse comporta amar a Nuestro Se�or por encima de todo aqu� en la tierra, con todo nuestro coraz�n, con toda nuestra alma y con todas nuestras fuerzas. Convertirse presupone entregarle nuestro entendimiento y nuestra voluntad, de tal manera que nuestro comportamiento haga realidad el lema episcopal del Santo Padre, Juan Pablo II, Totus tuus, es decir, Todo tuyo, Dios m�o; y todo es: tiempo, cualidades, bienes, ilusiones, proyectos, salud, familia, trabajo, descanso, todo. Convertirse requiere, entonces, amar la voluntad de Dios en Cristo por encima de todo y gozar, agradecidos, de todo lo que acontece de parte de Dios, incluso contradicciones, humillaciones, enfermedades, y descubrirlas como tesoros que nos permiten manifestar m�s plenamente nuestro amor a Dios: �si T� lo quieres as�, yo tambi�n lo quiero!

Convertirse pide, as�, como los ap�stoles Sim�n, Andr�s, Jaime y Juan, dejar �inmediatamente las redes� e irse con �l (cf. Mc 1,18), una vez o�da su voz. Convertirse es que Cristo lo sea todo en nosotros.

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