sábado, 22 de enero de 2011

DOMINGO 3º DEL TIEMPO ORDINARIO

LA PALABRA DE DIOS EN ESTE FIN DE SEMANA, TERCER DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO.
¿Qué NOS DICE JESÚS EN LA PALABRA DE HOY?. EN ESTA SEMANA DEL 18 AL 25, ESTAMOS CELEBRANDO LA ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS, PERO ESTA UNIDAD NO ES UNA NOVEDAD, YA DESDE LOS PRIMEROS CRISTANOS EL FENÓMENO DE LA DESUNIÓN EXISTÍA.

EN LA PRIMERA LECTURA, ISAÍAS ANUNCIA LA LIBERACIÓN BAJO EL SIGNO DE LA GRAN LUZ.
NOS DICE "AQUEL QUE ACEPTA AL QUE ES LA LUZ, EXPERIMENTA EN SU INTERIOR LA VERDADERA LIBERACIÓN.

¿NOSOTROS, ACEPTAMOS AL QUE ES LA LUZ, ES DECIR A JESÚS?.

EN LA SEGUNDA LECTURA ¿Qué NOS DICE SAN PABLO? QUE EN AQUELLA ÉPOCA,LOS QUE EXISTÍAN EN CORINTIO ESTABAN DIVIDIDOS,PABLO LES LLAMA A LA UNIDAD, DICIÉNDOLES QUE LAS DISCORDIAS TIENEN UNA PROCEDENCIA Y ES CUANDO QUEREMOS SER PROTAGONISTAS Y QUEREMOS SER LOS DESTACADOS, ENTONCES VIENE LA DIVISIÓN, Y NO PENSAMOS QUE EL LAZO DE UNIÓN Q ES "CRISTO CRUCIFICADO".

PABLO,EN AQUELLA ÉPOCA LES DICE QUE SE PONGAN DE ACUERDO Y QUE NO ESTUVIERAN DIVIDIDOS.

ESTO ES LO QUE PASA ACTUALMENTE, CRISTIANOS DIVIDIDOS, POR ELLO, ESTAMOS CELEBRANDO LA SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIÓN DE LOS CRISTIANOS, NO BASTA ESTA SEMANA, ES NECESARIO QUE CADA DÍA TENGAMOS MUY PRESENTE EN NUESTRA ORACIÓN PARA PEDIR POR ESA UNIÓN.

JESÚS MURIÓ EN LA CRUZ PRECISAMENTE PARA REDIMIRNOS A TODOS Y QUE ASÍ COMO JESÚS Y EL PADRE SON UNO, TAMBIÉN NOSOTROS TENEMOS QUE SER UNO.

Y EL EVANGELIO SEGÚN MATEO 4.12-23, JESÚS PREDICA LA CONVERSIÓN, DICIÉNDONOS QUE NOS CONVIRTAMOS PORQUE EL REINO DE DIOS ESTÁ CERCA.

AL PASAR POR EL LAGO DE GALILEA, VIO A DOS HERMANOS A SIMÓN QUE LLAMO PEDRO Y A ANDRÉS, ESTABAN PESCANDO Y CRISTO LES LLAMA Y ELLOS AL INSTANTE LO DEJAN TODO Y LE SIGUEN.

ESTA LLAMADA NO SOLO LA HIZO ESE DÍA, LA ESTÁ HACIENDO CADA DÍA, Y NOS LA ESTA HACIENDO A TI A MI Y A TODOS AQUELLOS QUE DESEEN SEGUIRLE.

¿LE SEGUIMOS NOSOTROS SIN PONER DISCULPAS? NO NOS OLVIDEMOS QUE, SI QUEREMOS PREDICAR EL REINO DE DIOS Y ANUNCIAR LA BUENA NUEVA, TENEMOS NO SOLO QUE SEGUIRLO SINO QUE NUESTRA VIDA SEA TRANSPARENTE PARA CONSEGUIR MÁS HERMANOS QUE DESEEN EXTENDER EL REINO DE DIOS.

COMO SIEMPRE A CONTINUACIÓN INSERTO EL COMENTARIO DE MONSEÑOR JESÚS SANZ MONTE, ARZOBISPO DE OVIEDO, ESTÁ TOMADO DE LA AGENCIA ZENIT




Evangelio del domingo: El otro sendero luminoso


Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo
OVIEDO, viernes 21 de enero de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, tercero del tiempo ordinario (Mateo 4,12-23), 23 de enero, redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.

* * *
La luz y la tiniebla pertenecen al universo religioso de tantos creyentes que cifran precisamente en la claridad o en la oscuridad su cercanía o su lejanía de Dios. En este sentido, el no haber puesto su esperanza, su seguridad y fortaleza en Yahvéh Dios, una vez más conduciría a aquel pueblo a un callejón sin salida aparente, donde las tinieblas eran el ambiente para masticar su tristeza e infelicidad. Así lo cuenta la primera lectura de Isaías que el Evangelio citará. Un pueblo confundido ante su propio error, esclavo de patrones que han puesto cepos en su libertad y cadenas en sus corazones, un pueblo sacudido por el terror de la pesadilla que emprendía... ese pueblo vería la luz de nuevo. Un verdadero desafío por parte de Dios a través de su profeta: mirad vuestras ruinas, considerad vuestras penas, guardad vuestras lágrimas... y creed que llegará un día en el que no habitareis más una tierra de sombras. Y podréis experimentar que vuestro gozo aumenta, y crece la alegría, porque la vara del opresor y el yugo de su carga serán quebrantados (Is 9,3-4).
Jesús es la Luz que ha brillado en la tiniebla, que no ha dejado de alumbrar a pesar de que ésta la haya rechazado (Jn 1,5.9). Ha sido enviada no ya a la oscuridad de un pueblo deportado por su infidelidad, sino al corazón del mismo hombre, donde se libran todas las libertades y esclavitudes, donde se decide un destino feliz o truncado. Por eso el Evangelio narra la elección de Jesús a los discípulos. Gente corriente, sorprendida en su faenar cotidiano, e invitada ante todo a un seguimiento, a una adhesión a la Persona de Jesús. Escucharán su Palabra, convivirán con Él, y se harán testigos de esa alegría.
En nuestro entorno, encontramos continuamente personas que sufren una honda oscuridad, con sufrimientos que casi ahogan el respiro de la esperanza. Y Jesús sigue viniendo a todos nuestros exilios, al gran exilio de la infelicidad en tantas formas, para anunciarnos una Luz y una Alegría que nadie nos podrá quitar (Jn 16,22). Jesús, con quien quiera seguirle, recorre nuestras tierras, nuestros hogares, nuestras vidas, para proclamar el Evangelio del Reino, curando las enfermedades y las dolencias.
La historia culminada por Jesús continúa con nosotros... si lo dejamos todo y le seguimos. Sí, somos llamados a pertenecer a la gente que nos rodea, desde la pertenencia a Cristo, a abrazarles en su oscuridad y su tristeza para comunicarles algo que es más grande que nosotros, que no ha ideado nuestra mente ni han amasado nuestras manos: el don de la Luz de Dios, el regalo de la alegría que no finge, la certeza de la esperanza que no defrauda.

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