viernes, 30 de septiembre de 2011

VIERNES 30 DE SEPTIEMBRE 2011,EVANGELIO DEL VIERNES XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes XXVI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 10,13-16): En aquel tiempo, Jesús dijo: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran hecho los milagros que se han hecho en vosotras, tiempo ha que, sentados con sayal y ceniza, se habrían convertido. Por eso, en el Juicio habrá menos rigor para Tiro y Sidón que para vosotras. Y tú, Cafarnaúm, ¿hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás! Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha; y quien a vosotros os rechaza, a mí me rechaza; y quien me rechaza a mí, rechaza al que me ha enviado».

Comentario: Rev. D. Jordi SOTORRA i Garriga (Sabadell, Barcelona, España)

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha»

Hoy vemos a Jesús dirigir su mirada hacia aquellas ciudades de Galilea que habían sido objeto de su preocupación y en las que Él había predicado y realizado las obras del Padre. En ningún lugar como Corazín, Bet-Saida y Cafarnaúm había predicado y hecho milagros. La siembra había sido abundante, pero la cosecha no fue buena. ¡Ni Jesús pudo convencerles...! ¡Qué misterio, el de la libertad humana! Podemos decir “no” a Dios... El mensaje evangélico no se impone por la fuerza, tan sólo se ofrece y yo puedo cerrarme a él; puedo aceptarlo o rechazarlo. El Señor respeta totalmente mi libertad. ¡Qué responsabilidad para mí!

Las expresiones de Jesús: «¡Ay de ti, Corazín! ¡Ay de ti, Betsaida!» (Lc 10,13) al acabar su misión apostólica expresan más sufrimiento que condena. La proximidad del Reino de Dios no fue para aquellas ciudades una llamada a la penitencia y al cambio. Jesús reconoce que en Sidón y en Tiro habrían aprovechado mejor toda la gracia dispensada a los galileos.

La decepción de Jesús es mayor cuando se trata de Cafarnaúm. «¿Hasta el cielo te vas a encumbrar? ¡Hasta el Hades te hundirás!» (Lc 10,15). Aquí Pedro tenía su casa y Jesús había hecho de esta ciudad el centro de su predicación. Una vez más vemos más un sentimiento de tristeza que una amenaza en estas palabras. Lo mismo podríamos decir de muchas ciudades y personas de nuestra época. Creen que prosperan, cuando en realidad se están hundiendo.

«Quien a vosotros os escucha, a mí me escucha» (Lc 10,16). Estas palabras con las que concluye el Evangelio son una llamada a la conversión y traen esperanza. Si escuchamos la voz de Jesús aún estamos a tiempo. La conversión consiste en que el amor supere progresivamente al egoísmo en nuestra vida, lo cual es un trabajo siempre inacabado. San Máximo nos dirá: «No hay nada tan agradable y amado por Dios como el hecho de que los hombres se conviertan a Él con sincero arrepentimiento».

jueves, 29 de septiembre de 2011

HOY 29 DE SEPTIEMBRE, FESTIVIDAD DE LOS ARCÁNGELES MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 29 de Septiembre: Los santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafal


Texto del Evangelio (Jn 1,47-51): En aquel tiempo, vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño». Le dice Natanael: «¿De qué me conoces?». Le respondió Jesús: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi». Le respondió Natanael: «Rabbí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel». Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees? Has de ver cosas mayores». Y le añadió: «En verdad, en verdad os digo: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre».

Comentario: Cardenal Jorge MEJÍA Archivista y Bibliotecario de la S.R.I. (Città del Vaticano, Vaticano)

«Veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre»

Hoy, en la fiesta de los Santos Arcángeles, Jesús manifiesta a sus Apóstoles y a todos la presencia de sus ángeles y la relación que con Él tienen. Los ángeles están en la gloria celestial, donde alaban perennemente al Hijo del hombre, que es el Hijo de Dios. Lo rodean y están a su servicio.

«Subir y bajar» nos recuerda el episodio del sueño del Patriarca Jacob, quien dormido sobre una piedra durante su viaje a la tierra de origen de su familia (Mesopotamia), ve a los ángeles que “bajan y suben” por una misteriosa escalera que une el cielo y la tierra, mientras Dios mismo está de pié junto a él y le comunica su mensaje. Notemos la relación entre la comunicación divina y la presencia activa de los ángeles.

Así, Gabriel, Miguel y Rafael aparecen en la Biblia como presentes en las vicisitudes terrenas y llevando a los hombres —como nos dice san Gregorio el Grande— las comunicaciones, mediante su presencia y sus mismas acciones, que cambian decisivamente nuestras vidas. Se llaman, precisamente, “arcángeles”, es decir, príncipes de los ángeles, porque son enviados para las más grandes misiones.

Gabriel fue enviado para anunciar a María Santísima la concepción virginal del Hijo de Dios, que es el principio de nuestra redención (cf. Lc 1). Miguel lucha contra los ángeles rebeldes y los expulsa del cielo (cf. Ap 12). Nos anuncia, así, el misterio de la justicia divina, que también se ejerció en sus ángeles cuando se rebelaron, y nos da la seguridad de su victoria y la nuestra sobre el mal. Rafael acompaña a Tobías “junior”, lo defiende y lo aconseja y cura finalmente al padre Tobit (cf. Tob). Por esta vía, nos anuncia la presencia de los ángeles junto a cada uno de nosotros: el ángel que llamamos de la Guarda.

Aprendamos de esta celebración de los arcángeles que “suben y bajan” sobre el Hijo del hombre, que sirven a Dios, pero le sirven en beneficio nuestro. Dan gloria a la Trinidad Santísima, y lo hacen también sirviéndonos a nosotros. Y, en consecuencia, veamos qué devoción les debemos y cuánta gratitud al Padre que los envía para nuestro bien.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

MIERCOLES 28 DE SEPTIEMBRE DE 2011, EVANGELIO DEL MIÉRCOLES XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Día litúrgico: Miércoles XXVI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 9,57-62): En aquel tiempo, mientras iban caminando, uno le dijo: «Te seguiré adondequiera que vayas». Jesús le dijo: «Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza». A otro dijo: «Sígueme». El respondió: «Déjame ir primero a enterrar a mi padre». Le respondió: «Deja que los muertos entierren a sus muertos; tú vete a anunciar el Reino de Dios». También otro le dijo: «Te seguiré, Señor; pero déjame antes despedirme de los de mi casa». Le dijo Jesús: «Nadie que pone la mano en el arado y mira hacia atrás es apto para el Reino de Dios».

Comentario: Fray Lluc TORCAL Monje del Monasterio de Sta. Mª de Poblet (Santa Maria de Poblet, Tarragona, España)

«Sígueme»

Hoy, el Evangelio nos invita a reflexionar, con mucha claridad y no menor insistencia, sobre un punto central de nuestra fe: el seguimiento radical de Jesús. «Te seguiré adondequiera que vayas» (Lc 9,57). ¡Con qué simplicidad de expresión se puede proponer algo capaz de cambiar totalmente la vida de una persona!: «Sígueme» (Lc 9,59). Palabras del Señor que no admiten excusas, retrasos, condiciones, ni traiciones...

La vida cristiana es este seguimiento radical de Jesús. Radical, no sólo porque toda su duración quiere estar bajo la guía del Evangelio (porque comprende, pues, todo el tiempo de nuestra vida), sino -sobre todo- porque todos sus aspectos -desde los más extraordinarios hasta los más ordinarios- quieren ser y han de ser manifestación del Espíritu de Jesucristo que nos anima. En efecto, desde el Bautismo, la nuestra ya no es la vida de una persona cualquiera: ¡llevamos la vida de Cristo inserta en nosotros! Por el Espíritu Santo derramado en nuestros corazones, ya no somos nosotros quienes vivimos, sino que es Cristo quien vive en nosotros. Así es la vida cristiana, porque es vida llena de Cristo, porque rezuma Cristo desde sus más profundas raíces: es ésta la vida que estamos llamados a vivir.

El Señor, cuando vino al mundo, aunque «todo el género humano tenía su lugar, Él no lo tuvo: no encontró lugar entre los hombres (...), sino en un pesebre, entre el ganado y los animales, y entre las personas más simples e inocentes. Por esto dice: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; pero el Hijo del hombre no tiene donde reclinar la cabeza» (San Jerónimo). El Señor encontrará lugar entre nosotros si, como Juan el Bautista, dejamos que Él crezca y nosotros menguamos, es decir, si dejamos crecer a Aquel que ya vive en nosotros siendo dúctiles y dóciles a su Espíritu, la fuente de toda humildad e inocencia.

REFLEXIÓN

SEGUIMOS A DIOS? PARA TI O PARA M´QUE SIGNIFICADO TIENE SEGUIR? ¿ESTAMOS DISPUESTO A DEJARLO TODO POR SEGUIR A JESÚS NUESTRO DIOS? ¿COMO RESPONDEMOS CUANDO SENTIMOS LA LLAMADA DE DIOS? EN ESTE DÍA DEBEMOS IMPONERNOS EL HACER UN EXAMEN MINUCIOSO Y COMPROBAR EN QUE ME HA LLAMADO DIOS Y SI HE SEGUIDO COMO LA VIRGEN MARIA HÁGASE EN MI TU VOLUNTAD INTENTEMOS LEER Y MEDITAR EL SIGNIFICADO DE LA LLAMADA QUE DIOS NOS HA HECHO.

martes, 27 de septiembre de 2011

EVANGELIO CORRESPONDIENTE AL MARTES 27-09-11 XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Martes XXVI del tiempo ordinaro
Texto del Evangelio (Lc 9,51-56): Sucedió que como se iban cumpliendo los días de su asunción, Él se afirmó en su voluntad de ir a Jerusalén, y envió mensajeros delante de sí, que fueron y entraron en un pueblo de samaritanos para prepararle posada; pero no le recibieron porque tenía intención de ir a Jerusalén. Al verlo sus discípulos Santiago y Juan, dijeron: «Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?». Pero volviéndose, les reprendió; y se fueron a otro pueblo.

Comentario: Rev. D. Llucià POU i Sabater (Vic, Barcelona, España)

«Volviéndose, les reprendió»

Hoy, en el Evangelio, contemplamos cómo «Santiago y Juan, dijeron: ‘Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma?’. Pero volviéndose, les reprendió» (Lc 9,54-55). Son defectos de los Apóstoles, que el Señor corrige.

Cuenta la historia de un aguador de la India que, en los extremos de un palo que colgaba en sus espaldas, llevaba dos vasijas: una era perfecta y la otra estaba agrietada, y perdía agua. Ésta —triste— miraba a la otra tan perfecta, y avergonzada un día dijo al amo que se sentía miserable porque a causa de sus grietas le daba sólo la mitad del agua que podía ganar con su venta. El trajinante le contestó: —Cuando volvamos a casa mira las flores que crecen a lo largo del camino. Y se fijó: eran flores bellísimas, pero viendo que volvía a perder la mitad del agua, repitió: —No sirvo, lo hago todo mal. El cargador le respondió: —¿Te has fijado en que las flores sólo crecen a tu lado del camino? Yo ya conocía tus fisuras y quise sacar a relucir el lado positivo de ellas, sembrando semilla de flores por donde pasas y regándolas puedo recoger estas flores para el altar de la Virgen María. Si no fueses como eres, no habría sido posible crear esta belleza.

Todos, de alguna manera, somos vasijas agrietadas, pero Dios conoce bien a sus hijos y nos da la posibilidad de aprovechar las fisuras-defectos para alguna cosa buena. Y así el apóstol Juan —que hoy quiere destruir—, con la corrección del Señor se convierte en el apóstol del amor en sus cartas. No se desanimó con las correcciones, sino que aprovechó el lado positivo de su carácter fogoso —el apasionamiento— para ponerlo al servicio del amor. Que nosotros también sepamos aprovechar las correcciones, las contrariedades —sufrimiento, fracaso, limitaciones— para “comenzar y recomenzar”, tal como san Josemaría definía la santidad: dóciles al Espíritu Santo para convertirnos a Dios y ser instrumentos suyos.

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AMIGOS, HEMOS PENSADO ALGUNA VEZ QUE DIOS NOS REPRENDE CUANDO NO ACTUAMOS POR SU AMOR SINO POR EGOÍSMO? APRENDAMOS A SER GENEROSOS Y SOBRETODO SEAMOS HUMILDES Y ACEPTEMOS LAS REPRENSIONES QUE DIOS NOS HACE A TRAVÉS DE NUESTRA VIDA. PENSEMOS HOY EN NUESTROS FALLOS, PIDÁMOSLE PERDÓN Y HAGAMOS PROPÓSITO DE ESCUCHAR A DIOS

lunes, 26 de septiembre de 2011

EVANGELIO DE HOY LUNES 26 DE SEPTIEMBRE DE 2011, CORRESPONDE EL LUNES XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Lunes XXVI del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 9,46-50): En aquel tiempo, se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor. Conociendo Jesús lo que pensaban en su corazón, tomó a un niño, le puso a su lado, y les dijo: «El que reciba a este niño en mi nombre, a mí me recibe; y el que me reciba a mí, recibe a Aquel que me ha enviado; pues el más pequeño de entre vosotros, ése es mayor».

Tomando Juan la palabra, dijo: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre, y tratamos de impedírselo, porque no viene con nosotros». Pero Jesús le dijo: «No se lo impidáis, pues el que no está contra vosotros, está por vosotros».

Comentario: Prof. Dr. Mons. Lluís CLAVELL (Roma, Italia)

«El más pequeño de entre vosotros, ése es mayor»

Hoy, camino de Jerusalén hacia la pasión, «se suscitó una discusión entre los discípulos sobre quién de ellos sería el mayor» (Lc 9,46). Cada día los medios de comunicación y también nuestras conversaciones están llenas de comentarios sobre la importancia de las personas: de los otros y de nosotros mismos. Esta lógica solamente humana produce frecuentemente deseo de triunfo, de ser reconocido, apreciado, agradecido, y falta de paz, cuando estos reconocimientos no llegan.

La respuesta de Jesús a estos pensamientos —y quizá también comentarios— de los discípulos recuerda el estilo de los antiguos profetas. Antes de las palabras hay los gestos. Jesús «tomó a un niño, le puso a su lado» (Lc 9,47). Después viene la enseñanza: «El más pequeño de entre vosotros, ése es mayor» (Lc 9,48). —Jesús, ¿por qué nos cuesta tanto aceptar que esto no es una utopía para la gente que no está implicada en el tráfico de una tarea intensa, en la cual no faltan los golpes de unos contra los otros, y que, con tu gracia, lo podemos vivir todos? Si lo hiciésemos tendríamos más paz interior y trabajaríamos con más serenidad y alegría.

Esta actitud es también la fuente de donde brota la alegría, al ver que otros trabajan bien por Dios, con un estilo diferente al nuestro, pero siempre valiéndose del nombre de Jesús. Los discípulos querían impedirlo. En cambio, el Maestro defiende a aquellas otras personas. Nuevamente, el hecho de sentirnos hijos pequeños de Dios nos facilita tener el corazón abierto hacia todos y crecer en la paz, la alegría y el agradecimiento. Estas enseñanzas le han valido a santa Teresita de Lisieux el título de “Doctora de la Iglesia”: en su libro Historia de una alma, ella admira el bello jardín de flores que es la Iglesia, y está contenta de saberse una pequeña flor. Al lado de los grandes santos —rosas y azucenas— están las pequeñas flores —como las margaritas o las violetas— destinadas a dar placer a los ojos de Dios, cuando Él dirige su mirada a la tierra.


NUESTRA REFLEXIÓN

POR


POR BLAS GONZÁLEZ


¿POR QUE SEÑOR SIEMPRE QUEREMOS SER EL PRIMERO? ¡SEÑOR QUE NO HAGA LAS COSAS POR LLEGAR A SER EL PRIMERO! ESO SE DA AHORA MAS QUE NUNCA, POR ESO JESUS NOS PONE EL EJEMPLO DE LOS NIÑOS PARA INDICARNOS LA INOCENCIA QUE HEMOS DE TENER Y DE LLENAR NUESTRO ESPÍRITU DE QUERER SER EL PRIMERO PERO DE LOS ÚLTIMOS Y COMO TAL NO NOS OLVIDEMOS DE SER SERVIDORES DE LOS DEMÁS. PENSEMOS EN ESTE DÍ Y PREGUNTÉMONOS ¿TRABAJO YO CON VERDADERO ÚNICA Y EXCLUSIVAMENTE POR SERVIR A LOS DEMÁS? ¡HAGÁMONOS COMO NIÑOS SI DE VERDAD QUEREMOS SER DE LOS PRIMEROS! MEDITEMOS.

domingo, 25 de septiembre de 2011

COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

EVANGELIO DEL DOMINGO: VERDAD Y MAQUILLAJE, O LA PERSONA Y EL PERSONAJE

Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo

OVIEDO, viernes 23 de septiembre de 2011 (ZENIT.org). – Publicamos el comentario al pasaje evangélico de la liturgia de este domingo, XXVI del tiempo ordinario (Mateo 21, 28-32), que ha redactado monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo.
* * *
Estamos ahítos del “glamour” de las mil pasarelas en las que exhibimos trucados lo que quizás no somos en verdad. Este truco que maquilla la humilde realidad de nuestra vida, parece que logra engañar a todos los incautos que nos ven pasar. Vivimos en una sociedad que ama el control, la burocracia, la etiquetación. Como antaño, es difícil salir del sambenito que te colocan y con el que casi te obligan a ser y a vivir. No obstante, no siempre corresponde esa etiqueta con la verdad honda que se esconde detrás del escaparate personal. Siempre hemos de distinguir entre la persona y el personaje, entre la verdad y la apariencia, entre el contenido y el continente.
El Evangelio de este domingo nos presenta un lúcido y duro diálogo de Jesús con los ancianos y sumos sacerdotes de Israel. No se dirige a sus discípulos, gente sencilla y hasta vulgar, sino a aquellos que eran el colectivo más influyente y determinante entre los varios grupos judíos.
Jesús trae a colación a los pecadores formales, pero que pueden tener un fondo diverso. La apariencia de esta gente es posiblemente desastrosa, impresentable, desaconsejable; pero lo que hay por dentro es diverso; tanto, tanto, que hasta pudiera ser parecido al de Dios. Son los pecadores que viven mal, pero sólo por fuera, porque el corazón nunca ha negado de verdad a Dios ni a los demás lo que en un momento dado pudieran pedir. Lo cual no quiere decir que no tengan que cambiar o que no tengan que convertirse seriamente. Pero su malvivir, su pecado real no ha llegado a corromper el corazón hasta el punto de disfrazarse de falsa disponibilidad, como hacen los del "sí" que luego resulta "no".
Para comprender este Evangelio hay que tener presente lo que Jesús dice en otras ocasiones en las que aborda el mismo tema de la apariencia hipócrita. Son, por ejemplo, los dos que oran en el templo: uno se pavonea de su virtud pasando la factura a Dios, despreciando al prójimo que está al fondo, mientras que éste sólo sabe pedir perdón; son los dos hijos del padre bueno: el pródigo y el que sin haber salido nunca de casa jamás estuvo de corazón con su padre; es la mujer adúltera: los impecables oficiales que querían tirar piedras puritanas, pero que estaban manchadas de complicidad e hipocresía.
Jesús descubre el fondo del corazón, más allá de la apariencia. Es más fácil cambiar y convertirse quien tiene un corazón entrañable y un rostro manchado, que quien tapa con extraños cosméticos la fealdad de su cara... fiel reflejo de un corazón endurecido y lleno de sí.

DOMINGO XXVI DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Domingo XXVI (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 20,28-32): En aquel tiempo, Jesús dijo a los sumos sacerdotes: «¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Llegándose al primero, le dijo: ‘Hijo, vete hoy a trabajar en la viña’. Y él respondió: ‘No quiero’, pero después se arrepintió y fue. Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: ‘Voy, Señor’, y no fue.

»¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?». «El primero», le dicen. Díceles Jesús: «En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en Él, mientras que los publicanos y las rameras creyeron en Él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en Él».

Comentario: Dr. Josef ARQUER (Tréveris, Alemania)

«¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre?»

Hoy, contemplamos al padre y dueño de la viña pidiendo a sus dos hijos: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» (Mt 21,29). Uno dice “sí”, y no va. El otro dice “no”, y va. Ninguno de los dos mantiene la palabra dada.

Seguramente, el que dice “sí” y se queda en casa no pretende engañar a su padre. Será simplemente pereza, no sólo “pereza de hacer”, sino también de reflexionar. Su lema: “A mí, ¿qué me importa lo que dije ayer?”.

Al del “no”, sí que le importa lo que dijo ayer. Le remuerde aquel desaire con su padre. Del dolor arranca la valentía de rectificar. Corrige la palabra falsa con el hecho certero. “Errare, humanum est?”. Sí, pero más humano aún —y más concorde con la verdad interior grabada en nosotros— es rectificar. Aunque cuesta, porque significa humillarse, aplastar la soberbia y la vanidad. Alguna vez habremos vivido momentos así: corregir una decisión precipitada, un juicio temerario, una valoración injusta... Luego, un suspiro de alivio: —Gracias, Señor!

«En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios» (Mt 21,31). San Juan Crisóstomo resalta la maestría psicológica del Señor ante esos “sumos sacerdotes”: «No les echa en cara directamente: ‘¿Por qué no habéis creído a Juan?’, sino que antes bien les confronta —lo que resulta mucho más punzante— con los publicanos y prostitutas. Así les reprocha con la fuerza patente de los hechos la malicia de un comportamiento marcado por respetos humanos y vanagloria».

Metidos ya en la escena, quizá echemos de menos la presencia de un tercer hijo, dado a las medias tintas, en cuyo talante nos sería más fácil reconocernos y pedir perdón, avergonzados. Nos lo inventamos —con permiso del Señor— y le oímos contestar al padre, con voz apagada: ‘Puede que sí, puede que no…’. Y hay quien dice haber oído el final: ‘Lo más probable es que a lo mejor quién sabe…’.

sábado, 24 de septiembre de 2011

NOTICIA ENVIADA POR RELIGIÓN EN LIBERTAD.COM

Misa en el Estadio Olímpico de Berlín ante 70 mil asistentes

El Papa desmonta las ideas superficiales y erróneas que sobre la Iglesia hay dentro y fuera de ella

Sale al paso de las falsas comprensiones de la Iglesia y asegura que no es una «organización más en una sociedad democrática» sino el Cuerpo de Cristo.

«Yo voy con alegría a mi Alemania y me siento feliz de llevar el mensaje de Cristo a mi tierra»

El cardenal alemán Paul Josef Cordes analiza el país que hoy recibe a Benedicto XVI

Denuncian la implantación del aborto como nuevo método de "control de natalidad"

BENEDICTO XVI ha celebrado una misa en el Estadio Olímpico de Berlín en la que ha pedido a los cristianos alemanes que "permanezcan también en la Iglesia" a pesar de "la experiencia dolorosa de que en la Iglesia hay peces buenos y malos, grano y cizaña", durante una homilía pronunciada ante miles de fieles bajo una intensa lluvia.

La Iglesia no es una “organización más en una sociedad democrática”, sino el mismo Cuerpo de Cristo, y pertenecer al Cuerpo de Cristo constituye una “decisión seria” que cada uno tiene que tomar.

“Algunos miran a la Iglesia, quedándose en su apariencia exterior”, constató el Papa, y así “la Iglesia aparece únicamente como una organización más en una sociedad democrática, a tenor de cuyas normas y leyes se juzga y se trata una figura tan difícil de comprender como es la ´Iglesia´".

“La insatisfacción y el desencanto se difunden si no se realizan las propias ideas superficiales y erróneas acerca de la ´Iglesia´ y los ´ideales sobre la Iglesia´ que cada uno tiene”, subrayó el Papa.

El Pontífice se refirió al evangelio recién proclamado, sobre la vid y los sarmientos que deben permanecer injertados en ella para no secarse.

En esta parábola, explicó, “Jesús no dice: ´Vosotros sois la vid´, sino: ´Yo soy la vid, vosotros los sarmientos´”, lo cual significa: "Así como los sarmientos están unidos a la vid, de igual modo vosotros me pertenecéis. Pero, perteneciendo a mí, pertenecéis también unos a otros".

Esta relación recíproca, advirtió el Papa, “no entraña un tipo cualquiera de relación teórica, imaginaria, simbólica, sino casi me atrevería a decir, un pertenecer a Jesucristo en sentido biológico, plenamente vital”.

“En este mundo, Él continúa viviendo en su Iglesia. Él está con nosotros, y nosotros con Él”, añadió. “Por tanto, es Jesús quien sufre las persecuciones contra su Iglesia. Y, al mismo tiempo, no estamos solos cuando nos oprimen a causa de nuestra fe. Jesús está con nosotros”.

La Iglesia es el "sacramento universal de salvación", que existe “para los pecadores, para abrirles el camino de la conversión, de la curación y de la vida. Ésta es la verdadera y gran misión de la Iglesia, que le ha sido confiada por Cristo”, subrayó, rechazando otras “visiones superficiales”.

“Cada uno de nosotros – afirmó el Papa –, ha de afrontar una decisión a este respecto. El Señor nos dice de nuevo en una parábola lo seria que es: ´Al que no permanece en mí lo tiran fuera como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, arden´”.

Esta dicotomía “nos hace comprender de forma insistente el significado existencial de nuestras decisiones de vida”, subrayó.

Al mismo tiempo, dijo el Papa, la imagen de la vid “es un signo de esperanza y confianza”, pues “Dios sabe transformar en amor incluso las cosas difíciles y agobiantes de nuestra vida. Lo importante es que permanezcamos en la vid, en Cristo”.

Si pertenecemos a Cristo, pertenecemos a la Iglesia
“Permanecer en Cristo significa permanecer también en la Iglesia. Toda la comunidad de los creyentes está firmemente unida en Cristo, la vid. En Cristo, todos nosotros estamos unidos”.

“En está comunidad, Él nos sostiene y, al mismo tiempo, todos los miembros se sostienen recíprocamente. Ellos resisten juntos a las tempestades y se protegen mutuamente. Nosotros no creemos solos, sino que creemos con toda la Iglesia”, concluyó el Pontífice.

Diócesis de mártires
En su saludo al Papa, el arzobispo de Berlín, monseñor Rainer Maria Woelki, subrayó la “gran alegría y participación interior” con la que los fieles alemanes (y no solo, también de otros países cercanos), han acogido al Sucesor de Pedro.

En Berlín, subrayó, “apenas un habitante de cada tres pertenece a una Iglesia cristiana. “Se ha olvidado a Dios”, reconoció, pero admitiendo también que “muchas personas Le buscan y preguntan por Él”.

Además, explicó, de cada cinco católicos berlineses, uno no es de origen alemán, lo que crea “un fuerte vínculo con el mundo entero”.

La capital alemana, añadió, es “también una ciudad rica en mártires”, que con su testimonio refuerzan a los fieles. Quiso recordar que en este mismo estadio, Juan Pablo II beatificó a dos mártires del régimen nazi,Bernhard Lichtenberg y Karl Leisner.

El arzobispo de Berlín pidió al Papa que confirme a sus hermanos en la fe. “Solo donde está Dios hay futuro – afirmó –. Y no tenemos otro futuro”.

Benedicto XVI recibió en regalo un cuadro y un casco de obrero, y regaló a su vez un cáliz. Durante el intercambio de los regalos, la muchedumbre gritaba su nombre el italiano: “¡Benedetto!”.


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EL EVANGELIO DE HOY ES EL DEL SÁBADO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO.-COMO 24 DE SEPTIEMBRE CELEBRAMOS LA FESTIVIDAD DE LA VIRGEN DE LA MERCED

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Sábado XXV del tiempo ordinario

Santoral 24 de Septiembre: La Virgen de la Merced
Texto del Evangelio (Lc 9,43b-45): En aquel tiempo, estando todos maravillados por todas las cosas que Jesús hacía, dijo a sus discípulos: «Poned en vuestros oídos estas palabras: el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres». Pero ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto.

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

«El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres»

Hoy, más de dos mil años después, el anuncio de la pasión de Jesús continúa provocándonos. Que el Autor de la Vida anuncie su entrega a manos de aquéllos por quienes ha venido a darlo todo es una clara provocación. Se podría decir que no era necesario, que fue una exageración. Olvidamos, una y otra vez, el peso que abruma el corazón de Cristo, nuestro pecado, el más radical de los males, la causa y el efecto de ponernos en el lugar de Dios. Más aún, de no dejarnos amar por Dios, y de empeñarnos en permanecer dentro de nuestras cortas categorías y de la inmediatez de la vida presente. Se nos hace tan necesario reconocer que somos pecadores como necesario es admitir que Dios nos ama en su Hijo Jesucristo. Al fin y al cabo, somos como los discípulos, «ellos no entendían lo que les decía; les estaba velado de modo que no lo comprendían y temían preguntarle acerca de este asunto» (Lc 9,45).

Por decirlo con una imagen: podremos encontrar en el Cielo todos los vicios y pecados, menos la soberbia, puesto que el soberbio no reconoce nunca su pecado y no se deja perdonar por un Dios que ama hasta el punto de morir por nosotros. Y en el infierno podremos encontrar todas las virtudes, menos la humildad, pues el humilde se conoce tal como es y sabe muy bien que sin la gracia de Dios no puede dejar de ofenderlo, así como tampoco puede corresponder a su Bondad.

Una de las claves de la sabiduría cristiana es el reconocimiento de la grandeza y de la inmensidad del Amor de Dios, al mismo tiempo que admitimos nuestra pequeñez y la vileza de nuestro pecado. ¡Somos tan tardos en entenderlo! El día que descubramos que tenemos el Amor de Dios tan al alcance, aquel día diremos como san Agustín, con lágrimas de Amor: «¡Tarde te amé, Dios mío!». Aquel día puede ser hoy. Puede ser hoy. Puede ser.

viernes, 23 de septiembre de 2011

EVANGELIO DEL VIERNES XXV DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes XXV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 9,18-22): Sucedió que mientras Jesús estaba orando a solas, se hallaban con Él los discípulos y les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?». Ellos respondieron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que un profeta de los antiguos había resucitado». Les dijo: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contestó: «El Cristo de Dios». Pero les mandó enérgicamente que no dijeran esto a nadie. Dijo: «El Hijo del hombre debe sufrir mucho, y ser reprobado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser matado y resucitar al tercer día».

Comentario: Rev. D. Pere OLIVA i March (Sant Feliu de Torelló, Barcelona, España)

«¿Quién dice la gente que soy yo? (…) Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?»

Hoy, en el Evangelio, hay dos interrogantes que el mismo Maestro formula a todos. El primer interrogante pide una respuesta estadística, aproximada: «¿Quién dice la gente que soy yo?» (Lc 9,18). Hace que nos giremos alrededor y contemplemos cómo resuelven la cuestión los otros: los vecinos, los compañeros de trabajo, los amigos, los familiares más cercanos... Miramos al entorno y nos sentimos más o menos responsables o cercanos —depende de los casos— de algunas de estas respuestas que formulan quienes tienen que ver con nosotros y con nuestro ámbito, “la gente”... Y la respuesta nos dice mucho, nos informa, nos sitúa y hace que nos percatemos de aquello que desean, necesitan, buscan los que viven a nuestro lado. Nos ayuda a sintonizar, a descubrir un punto de encuentro con el otro para ir más allá...

Hay una segunda interrogación que pide por nosotros: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?» (Lc 9,20). Es una cuestión fundamental que llama a la puerta, que mendiga a cada uno de nosotros: una adhesión o un rechazo; una veneración o una indiferencia; caminar con Él y en Él o finalizar en un acercamiento de simple simpatía... Esta cuestión es delicada, es determinante porque nos afecta. ¿Qué dicen nuestros labios y nuestras actitudes? ¿Queremos ser fieles a Aquel que es y da sentido a nuestro ser? ¿Hay en nosotros una sincera disposición a seguirlo en los caminos de la vida? ¿Estamos dispuestos a acompañarlo a la Jerusalén de la cruz y de la gloria?

«Es un camino de cruz y resurrección (...). La cruz es exaltación de Cristo. Lo dijo Él mismo: ‘Cuando sea levantado, atraeré a todos hacia mí’. (...) La cruz, pues, es gloria y exaltación de Cristo» (San Andrés de Creta). ¿Dispuestos para avanzar hacia Jerusalén? Solamente con Él y en Él, ¿verdad?

jueves, 22 de septiembre de 2011

EL VERDADERO SENTIDO DE LA ACTIVIDAD PO LÍTICA, SEGÚN NUESTRO SANTO PADRE BENEDICTO XVI, HOY 22 DE SEPTIEMBRE 2011 ANTE EL PARLAMENTO FEDERA

El verdadero sentido de la actividad política, según el SANTO PADRE BENEDICTO XVI


Servir a la justicia y al derecho y no al propio éxito


BERLÍN, jueves 22 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI pronunció hoy uno de sus discursos más esperados y difíciles, ante el Parlamento Federal de Alemania, invitado por el presidente, Norbert Lambert.

Esta presencia del Papa en el Bundestag había sido objeto de polémica por parte de algunos grupos políticos, y de hecho, cerca de un centenar de diputados (la sexta parte) se había negado a asistir.

Benedicto XVI acudió a la sede parlamentaria tras almorzar en la Nunciatura de Berlín, con semblante sonriente. Acompañado por el presidente Lambert, firmó en el libro de honor, y después se dirigió al Aula, donde fue recibido con un aplauso cortés.

Tras la bienvenida del presidente del Bundestag, en el que éste recordó los orígenes cristianos de la propia Ley Fundamental Alemana, el Papa se dirigió al gran atril del centro del Aula, y comenzó su discurso hablando sobre el deber de un político de servir a la justicia y al derecho.

Aunque el discurso trató sobre todo sobre la oportunidad de volver a abrir un debate sobre existencia de una ley natural a la base de los fundamentos del Derecho, el Papa quiso reflexionar también sobre la ética política.

Petición de Salomón

Benedicto XVI se dirigió a sus compatriotas políticos hablando del pasaje del Libro de los Reyes, en el que Salomón pide a Dios “un corazón dócil, para que sepa juzgar a tu pueblo y distinguir entre el bien y mal".

“Con este relato, la Biblia quiere indicarnos lo que debe ser importante en definitiva para un político – afirmó –. Su criterio último y la motivación para su trabajo como político no debe ser el éxito y mucho menos el beneficio material”.

Al contrario, la política “debe ser un compromiso por la justicia y crear así las condiciones básicas para la paz”.

“Naturalmente, un político buscará el éxito, que de por sí le abre la posibilidad a la actividad política efectiva. Pero el éxito está subordinado al criterio de la justicia, a la voluntad de aplicar el derecho y a la comprensión del derecho. El éxito puede ser también una seducción y, de esta forma, abre la puerta a la desvirtuación del derecho, a la destrucción de la justicia”.

El Papa subrayó que el deber fundamental del político es “servir al derecho y combatir el dominio de la injusticia es y sigue siendo el deber fundamental del político”.

“En un momento histórico, en el cual el hombre ha adquirido un poder hasta ahora inimaginable, este deber se convierte en algo particularmente urgente. El hombre tiene la capacidad de destruir el mundo. Se puede manipular a sí mismo. Puede, por decirlo así, hacer seres humanos y privar de su humanidad a otros seres humanos que sean hombres”.

“¿Cómo podemos reconocer lo que es justo? ¿Cómo podemos distinguir entre el bien y el mal, entre el derecho verdadero y el derecho sólo aparente? La petición salomónica sigue siendo la cuestión decisiva ante la que se encuentra también hoy el político y la política misma”.

Al joven rey Salomón, afirmó, se le concedió lo que pedía. “¿Qué sucedería si nosotros, legisladores de hoy, se nos concediese formular una petición? ¿Qué pediríamos? En último término, pienso que, también hoy, no podríamos desear otra cosa que un corazón dócil: la capacidad de distinguir el bien del mal, y así establecer un verdadero derecho, de servir a la justicia y la paz”.

Aprender del pasado

El Papa, aunque afirmó presentarse ante el Bundestag en calidad de Sucesor de Pedro, recordó que él es alemán y que “está vinculado de por vida” a su patria.

En virtud de esto, se permitió tocar un punto “sensible” para la memoria de su país, es decir, el pasado régimen nacionalsocialista.

"'Quita el derecho y, entonces, ¿qué distingue el Estado de una gran banda de bandidos?', dijo en cierta ocasión San Agustín. Nosotros, los alemanes, sabemos por experiencia que estas palabras no son una mera quimera”, afirmó.

“Hemos experimentado cómo el poder se separó del derecho, se enfrentó contra el derecho; cómo se ha pisoteado el derecho, de manera que el Estado se convirtió en el instrumento para la destrucción del derecho; se transformó en una cuadrilla de bandidos muy bien organizada, que podía amenazar el mundo entero y empujarlo hasta el borde del abismo”, añadió.

Precisamente porque había un principio superior a la legalidad vigente, dijo el Papa, “los combatientes de la resistencia han actuado contra el régimen nazi y contra otros regímenes totalitarios, prestando así un servicio al derecho y a toda la humanidad”.

“Para ellos era evidente, de modo irrefutable, que el derecho vigente era en realidad una injusticia. Pero en las decisiones de un político democrático no es tan evidente la cuestión sobre lo que ahora corresponde a la ley de la verdad, lo que es verdaderamente justo y puede transformarse en ley”.

Guiño a los Verdes

Un momento simpático del encuentro se produjo cuando el Papa, durante su discurso, habló de la necesidad actual de volver al contacto con la naturaleza, frente a un positivismo cerrado que no tiene en cuenta nada que no sea “funcional”.

“Esperando no ser demasiado malentendido ni suscitar excesivas polémicas unilaterales”, el Papa habló de “la aparición del movimiento ecologista en la política alemana a partir de los años setenta, aunque quizás no haya abierto las ventanas, ha sido y es sin embargo un grito que anhela aire fresco, un grito que no se puede ignorar ni relegar”.

“Gente joven se dio cuenta que en nuestras relaciones con la naturaleza existía algo que no funcionaba; que la materia no es solamente un material para nuestro uso, sino que la tierra tiene en sí misma su dignidad y nosotros debemos seguir sus indicaciones”.

“Es evidente que no hago propaganda por un determinado partido político, nada me es más lejano de eso”.

En ese momento los presentes prorrumpieron en aplausos. Se daba la circunstancia de que uno de los grupos políticos que se negó a estar presente en el Aula fue precisamente el de los Verdes alemanes, a quienes el Papa acababa de hacer un reconocimiento público.

Al final de su intervención, los presentes se pusieron en pie y aplaudieron durante un buen rato al Papa que se retiraba del atril.




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DISCURSO DEL SANTO PADRE A LAS FAMILIAS Y LOS SACERDOTES EN SU VIAJE PASTORAL A ANCONA (ITALIA) EL 11 DE SEPTIEMBRE DE 2011

AMIGOS, A CONTINUACIÓN LES INSERTO EL DISCURSO DE NUESTRO SANTO PADRE BENEDICTO XVI CON MOTIVO DE SU VIAJE PASTORAL A ANCONA DE ITALIA.

ES POSIBLE QUE ALGUNOS SE PREGUNTEN ¿POR QUE SE DIRIGE EL SANTO PADRE A LOS SACERDOTES Y A LAS FAMILIAS?, PRECISAMENTE POR LA SEMEJANZA DE AMBOS, HE CONSIDERADO MUY IMPORTANTE SU INSERCIÓN PUESTO QUE CON LA LECTURA DE ESTE DISCURSO PODEMOS PROFUNDIZAR EN EL TEMA A LA VEZ QUE NOS DESCUBRE LA SEMEJANZA.

A CONTINUACIÓN EL DISCURSO DEL SANTO PADRE, POR FAVOR LÉANLO DESPACIO, PROCURANDO PROFUNDIZAR EN EL MISMO.

DISCURSO DEL PAPA A LAS FAMILIAS Y LOS SACERDOTES

Durante su viaje pastoral a Ancona (Italia)

ANCONA, domingo 11 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el discurso que el Papa Benedicto XVI dirigió hoy a los matrimonios y a los sacerdotes reunidos en la catedral de San Ciriaco de Ancona, durante su viaje a esta ciudad para la clausura del 25º Congreso Eucarístico Nacional italiano.
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Queridos sacerdotes y queridos esposos
La colina sobre la que está construida esta catedral nos ha permitido una bellísima vista de la ciudad y del mar; pero al atravesar el majestuoso pórtico, el alma queda fascinada por la armonía del estilo románico, enriquecido por un entretejido de influencias bizantinas y de elementos góticos. También en vuestra presencia – sacerdotes y matrimonios procedentes de las distintas diócesis italianas – se capta la belleza de la armonía y de la complementariedad de vuestras diferentes vocaciones. El conocimiento y la estima mutuas, compartiendo la misma fe, llevan a apreciar el carisma del otro y a reconocerse dentro del único "edificio espiritual" (1 Pe 2,5) que, teniendo como piedra angular al mismo Cristo Jesús, crece bien ordenado para ser templo santo en el Señor (cfr Ef 2,20-21). Gracias, por tanto, por este encuentro: al querido arzobispo, monseñor Edoardo Menichelli – también por las amables palabras con que lo ha presentado – y a cada uno de vosotros.
Quisiera detenerme brevemente en la necesidad de reconducir Orden sagrado y Matrimonio a la única fuente eucarística. Ambos estados de vida tienen, en el amor de Cristo, que se entrega a sí mismo para la salvación de la humanidad, la misma raíz; son llamados a una misión común: la de dar testimonio y hacer presente este amor al servicio de la comunidad, para la edificación del Pueblo de Dios (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1534). Esta perspectiva permite ante todo superar una visión reductiva de la familia, que la considera como mera destinataria de la acción pastoral. Es verdad que, en esta época difícil, ésta necesita particulares atenciones. No por ello, sin embargo, debe disminuir su identidad o mortificada su responsabilidad específica. La familia es riqueza para los esposos, bien insustituible para los hijos, fundamento indispensable de la sociedad, comunidad vital para el camino de la Iglesia
A nivel eclesial, valorar la familia significa reconocer su relevancia en la acción pastoral. El ministerio que nace del Sacramento del Matrimonio es importante para la vida de la Iglesia: la familia es lugar privilegiado de educación humana y cristiana y sigue siendo, para este fin, la mejor aliada del ministerio sacerdotal; esta es un don precioso para la edificación de la comunidad. La cercanía del sacerdote a la familia, a su vez, le ayuda a tomar conciencia de su propia realidad profunda y de su propia misión, favoreciendo el desarrollo de una fuerte sensibilidad eclesial, Ninguna vocación es una cuestión privada, mucho menos la del matrimonio, porque su horizonte es la Iglesia entera. Se trata por tanto de saber integrar y armonizar, en la acción pastoral, el ministerio sacerdotal con "el auténtico Evangelio del matrimonio y de la familia" (Enc. Familiaris consortio, 8) para una comunión fáctica y fraterna. Y la Eucaristía es el centro y la fuente de esta unidad que anima toda la acción de la Iglesia.
Queridos sacerdotes, por el don que habéis recibido en la Ordenación, sois llamados a servir como pastores a la comunidad eclesial, que es "familia de familias", y por tanto a amar a cada uno con corazón paterno, con auténtico olvido de vosotros mismos, con dedicación plena, continua y fiel: vosotros sois signo vivo que remite a Cristo Jesús, el único Buen Pastor. Conformaos a Él, a su estilo de vida, con ese servicio total y exclusivo del que el celibato es expresión. También el sacerdote tiene una dimensión esponsal; es ensimismarse con el corazón de Cristo Esposo, que da la vida por la Iglesia su esposa (cfr Exhort. ap. postsin. Sacramentum caritatis, 24). Cultivad una profunda familiaridad con la Palabra de Dios. Luz en vuestro camino, Que la celebración cotidiana y fiel de la Eucaristía sea el lugar donde obtener la fuerza para entregaros a vosotros mismos cada día en el ministerio y vivir constantemente en la presencia de Dios: Él es vuestra morada y vuestra heredad. De esto debéis ser testigos para la familia y para cada persona que el Señor pone en vuestro camino, también en las circunstancias más difíciles (cfr ibid., 80). Animad a los cónyuges, compartid sus responsabilidades educativas, ayudadles a renovar continuamente la gracia de su matrimonio. Haced protagonista a la familia en la acción pastoral. Sed acogedores y misericordiosos, también con aquellos a los que les cuesta más cumplir con los compromisos asumidos en el vínculo matrimonial y con cuantos, por desgracia, han fracasado.
Queridos esposos, vuestro Matrimonio se arraiga en la fe de que “Dios es amor" (1Jn 4,8) y en que seguir a Cristo significa "permanecer en el amor" (cfr Jn 15,9-10). Vuestra unión – como enseña el apóstol Pablo – es signo sacramental del amor de Cristo por la Iglesia (cfr Ef 5,32), amor que culmina en la Cruz y que es “significado y realizado en la Eucaristía" (Exhort. ap. Sacramentum caritatis, 29). Que el Misterio eucarístico incida cada vez más profundamente en vuestra vida cotidiana: tomareis inspiración y fuerza de este Sacramento para vuestra relación conyugal y para la misión educativa a la que sois llamados; construid vuestras familias en la unidad, don que viene de lo alto y que alimenta vuestro compromiso en la Iglesia y en promover un mundo justo y fraterno. Amad a vuestros sacerdotes, expresadles el aprecio por el generoso servicio que llevan a cabo. Que sepáis también soportar sus límites, sin renunciar nunca a pedirles que sean entre vosotros ministros ejemplares que os hablan de Dios y que os conducen a Él. Vuestra fraternidades para ellos una preciosa ayuda espiritual y un apoyo en las pruebas de la vida.
Queridos sacerdotes y queridos esposos, que sepáis encontrar siempre en la santa Misa la fuerza para vivir la pertenencia a Cristo y a su Iglesia, en el perdón, en el don de sí mismos y el la gratitud. Que vuestra actuación cotidiana tenga en la comunión sacramental su origen y su centro, para que todo se haga para gloria de Dios. De este modo, el sacrificio de amor de Cristo os transformará, hasta haceros en Él “un solo cuerpo y un solo espíritu" (cfr Ef 4,4-6). La educación en la fe de las nuevas generaciones pasa también a través de vuestra coherencia. Darles testimonio de la belleza exigente de la vida cristiana, con la confianza y la paciencia de quien conoce el poder de la semilla arrojada a la tierra. Como en el episodio evangélico que hemos escuchado (Mc 5,21-24.35-43), sed, para cuantos están confiados a vuestra responsabilidad, signo de la benevolencia y de la ternura de Jesús: en Él se hace visible cómo el Dios que ama la vida no es ajeno o lejano a las vicisitudes humanas, sino que es el Amigo que nunca abandona. Y en los momentos en los que se insinúe la tentación de que todo empeño educativo es vano, obtened de la Eucaristía la lz para reforzar la fe, seguros de que la gracia y el poder de Jesucristo pueden alcanzar al hombre en toda situación, también la más difícil.
Queridos amigos, os confío a todos a la protección de María, venerada en esta catedral con el título de “Reina de todos los Santos". La tradición une su imagen al ex voto de un marinero, en acción de gracias por la salvación de su hijo, que salió indemne de una tempestad marina. Que la mirada materna de la Madre acompañe también vuestros pasos en la santidad hacia un puerto de paz.

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EVANGELIO DEL JUEVES XXV DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Jueves XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 9,7-9): En aquel tiempo, se enteró el tetrarca Herodes de todo lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: «A Juan, le decapité yo. ¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas?». Y buscaba verle.

Comentario: Rev. P. Jorge R. BURGOS Rivera SBD (, )

«Buscaba verle»

Hoy el texto del Evangelio nos dice que Herodes quería ver a Jesús (cf. Lc 9,9). Ese deseo de ver a Jesús le nace de la curiosidad. Se hablaba mucho de Jesús por los milagros que iba realizando a su paso. Muchas personas hablaban de Él. La actuación de Jesús trajo a la memoria del pueblo diversas figuras de profetas: Elías, Juan el Bautista, etc. Pero, al ser simple curiosidad, este deseo no trasciende. Tal es el hecho que cuando Herodes le ve no le causa mayor impresión (cf. Lc 23,8-11). Su deseo se desvanece al verlo cara a cara, porque Jesús se niega a responder a sus preguntas. Este silencio de Jesús le delata como corrupto y depravado.

Nosotros, al igual que Herodes, seguramente hemos sentido, alguna vez, el deseo de ver a Jesús. Pero ya no contamos con el Jesús de carne y hueso como en tiempos de Herodes, sin embargo contamos con otras presencias de Jesús. Te quiero resaltar dos de ellas.

En primer lugar, la tradición de la Iglesia ha hecho de los jueves un día por excelencia para ver a Jesús en la Eucaristía. Son muchos los lugares donde hoy está expuesto Jesús-Eucaristía. «La adoración eucarística es una forma esencial de estar con el Señor. En la sagrada custodia está presente el verdadero tesoro, siempre esperando por nosotros: no está allí por Él, sino por nosotros» (Benedicto XVI). —Acércate para que te deslumbre con su presencia.

Para el segundo caso podemos hacer referencia a una canción popular, que dice: «Con nosotros está y no lo conocemos». Jesús está presente en tantos y tantos hermanos nuestros que han sido marginados, que sufren y no tienen a nadie que “quiera verlos”. En su encíclica Dios es Amor, dice el Papa Benedicto XVI: «El amor al prójimo enraizado en el amor a Dios es ante todo una tarea para cada fiel, pero lo es también para toda la comunidad eclesial». Así pues, Jesús te está esperando, con los brazos abiertos te recibe en ambas situaciones. ¡Acércate!

miércoles, 21 de septiembre de 2011

ES UNA OBRA DE MISERICORDIA AYUDAR A LOS MATRIMONIOS EN CRISIS

AMIGOS, MUCHAS VECES RECURRIMOS A LA FALSA MODESTIA O A DECIR QUE QUEREMOS SER PRUDENTES Y DEJAR QUE EL MATRIMONIO TAL LO PIENSEN BIEN Y VUELVAN A JUNTARSE O A A CONVIVIR EN BUENA ARMONÍA Y EN EL FONDO TODAS SON EXCUSAS QUE NOS DAMOS PARA TRANQUILIZAR NUESTRA CONCIENCIA Y ASÍ DE ESA FORMA ELUDIR NUESTRA RESPONSABILIDAD COMO CRISTIANOS.

ESTA ES LA RAZÓN POR LA QUE ME HA PARECIDO MUY INTERESANTE INSERTAR ESTE ESCRITO DE MONSEÑOR MUNILLA, OBISPO DE SAN SEBASTIÁN EN UNA MISA QUE CELEBRÓ EL PASADO OCHO DE SEPTIEMBRE.

MEDITEMOS LO QUE NOS DICE MONSEÑOR MUNILLA Y TRATEMOS DE AYUDAR SIEMPRE A TODOS LOS QUE NOS VAYAMOS TROPEZANDO.

A CONTINUACIÓN LAS PALABRAS DE MONSEÑOR MUNILLAS


AYUDAR A LOS MATRIMONIOS EN CRISIS, UNA OBRA DE MISERICORDIA


Afirma un obispo español

SAN SEBASTIÁN, domingo 11 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Los cristianos no pueden permanecer indiferentes ante las rupturas matrimoniales, e incluso ayudar a la reconciliación es una de las más grandes “obras de misericordia” necesarias en la actualidad.
Así lo afirmó el obispo de San Sebastián, monseñor José Ignacio Munilla, el pasado 8 de septiembre, en una misa celebrada en la catedral con motivo de la patrona de esta ciudad vasca, la Virgen del Coro.
El prelado aludió a las cifras ofrecidas esta semana por el Instituto español de Política Familiar, según las cuales actualmente se rompen tres de cada matrimonios en España.
Según este informe, en el año 2000, de cada 100 matrimonios contraídos se producían 47 rupturas, mientras que en 2010, de cada 100 matrimonios contraídos, se producen 75 rupturas.
En su homilía, el prelado vasco pidió “no minimizar la tragedia que encierran esas cifras”, pues “no se trata de meras estadísticas, sino que detrás de estos datos fríos se esconden dramas personales, vidas llenas de dolor, y también fracasadas, niños desconcertados, futuros inciertos…”
“Vivimos en una generación que ha conquistado grandes cotas de progreso; y no me refiero solamente al progreso técnico, sino también a muchas conquistas sociales. Pero al mismo tiempo y, paradójicamente, hay un gran salto entre este progreso técnico-social y la crisis espiritual que padece una buena parte de la población”, afirmó.
Monseñor Munilla aseguró que la sociedad actual padece “una orfandad moral y espiritual muy notoria… El materialismo sofocante y la frivolidad generalizada, hacen que estemos más necesitados de 'madre' y de 'padre' que nunca”.
“De hecho, las heridas afectivas son más frecuentes entre nosotros, de lo que a primera vista pueda parecer”, subrayó. “Cabría afirmar que en nuestros días, ese ser humano que presume falsamente de autosuficiencia, está más necesitado que nunca de ser acogido con entrañas de misericordia”.
En este sentido, exhortó a los presentes a un “esfuerzo paciente en pro de la reagrupación de las familias rotas”.
“La salud del matrimonio y la salud de la familia están especialmente necesitadas de “misericordia”, es decir, de la sanación de las heridas originadas por tantas rupturas”, afirmó. “¡No hay mayor acto de misericordia que luchar por la unidad de la familia, y ayudar al reencuentro de las parejas separadas!”
“No podemos permanecer con los brazos cruzados mientras nuestros familiares, conocidos y vecinos fracasan en sus proyectos matrimoniales. Es importante que, en la medida en que lo veamos oportuno, nos ofrezcamos como canales de comunicación hacia quienes puedan ayudarles”.
También pidió a los políticos “iniciativas que favorezcan la estabilidad de la familia”. “Es muy triste que se haya llegado a identificar el concepto de 'mediación familiar', con los esfuerzos en favor de una ruptura pactada, en lugar de entender la mediación familiar como una terapia para superar las dificultades que ponen en peligro la unidad de la familia.

HOY FESTIVIDAD DEL APÓSTOL SAN MATEO.. NO HE VENIDO A LLAMAR A JUSTOS. ,SINO A PECADORES JUSTO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 21 de Septiembre: San Mateo, apóstol yevangelista
Escuchar audio
Texto del Evangelio (Mt 9,9-13): En aquel tiempo, cuando Jesús se iba de allí, al pasar vio a un hombre llamado Mateo, sentado en el despacho de impuestos, y le dice: «Sígueme». Él se levantó y le siguió. Y sucedió que estando él a la mesa en casa de Mateo, vinieron muchos publicanos y pecadores, y estaban a la mesa con Jesús y sus discípulos. Al verlo los fariseos decían a los discípulos: «¿Por qué come vuestro maestro con los publicanos y pecadores?». Mas Él, al oírlo, dijo: «No necesitan médico los que están fuertes sino los que están mal. Id, pues, a aprender qué significa aquello de: Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores».

Comentario: Rev. D. Joan PUJOL i Balcells (La Seu d'Urgell, Lleida, España)

«No he venido a llamar a justos, sino a pecadores»

Hoy celebramos la fiesta del apóstol y evangelista san Mateo. Él mismo nos cuenta en su Evangelio su conversión. Estaba sentado en el lugar donde recaudaban los impuestos y Jesús le invitó a seguirlo. Mateo —dice el Evangelio— «se levantó y le siguió» (Mt 9,9). Con Mateo llega al grupo de los Doce un hombre totalmente diferente de los otros apóstoles, tanto por su formación como por su posición social y riqueza. Su padre le había hecho estudiar economía para poder fijar el precio del trigo y del vino, de los peces que le traerían Pedro y Andrés y los hijos de Zebedeo y el de las perlas preciosas de que habla el Evangelio.

Su oficio, el de recaudador de impuestos, estaba mal visto. Quienes lo ejercían eran considerados publicanos y pecadores. Estaba al servicio del rey Herodes, señor de Galilea, un rey odiado por su pueblo y que el Nuevo Testamento nos lo presenta como un adúltero, el asesino de Juan Bautista y el que escarneció a Jesús el Viernes Santo. ¿Qué pensaría Mateo cuando iba a rendir cuentas al rey Herodes? La conversión de Mateo debía suponer una verdadera liberación, como lo demuestra el banquete al que invitó a los publicanos y pecadores. Fue su manera de demostrar el agradecimiento al Maestro por haber podido salir de una situación miserable y encontrar la verdadera felicidad. San Beda el Venerable, comentando la conversión de Mateo, escribe: «La conversión de un cobrador de impuestos da ejemplo de penitencia y de indulgencia a otros cobradores de impuestos y pecadores (...). En el primer instante de su conversión, atrae hacia Él, que es tanto como decir hacia la salvación, a todo un grupo de pecadores».

En su conversión se hace presente la misericordia de Dios como lo manifiestan las palabras de Jesús ante la crítica de los fariseos: «Misericordia quiero, que no sacrificio. Porque no he venido a llamar a justos, sino a pecadores» (Mt 9,13).


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martes, 20 de septiembre de 2011

EVANGELIO DE HOY MARTES 20-09-11.- XXV DEL TIEMPO ORDINARIOMI MADRE Y MIS HERMANOS SON AQUELLOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS Y LA CUMPLEN

Día litúrgico: Martes XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 8,19-21): En aquel tiempo, se presentaron la madre y los hermanos de Jesús donde Él estaba, pero no podían llegar hasta Él a causa de la gente. Le anunciaron: «Tu madre y tus hermanos están ahí fuera y quieren verte». Pero Él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen».

Comentario: Rev. D. Xavier JAUSET i Clivillé (Lleida, España)

«Mi madre y mis hermanos son aquellos que oyen la Palabra de Dios y la cumplen»

Hoy leemos un hermoso pasaje del Evangelio. Jesús no ofende para nada a su Madre, ya que Ella es la primera en escuchar la Palabra de Dios y de Ella nace Aquel que es la Palabra. Al mismo tiempo es la que más perfectamente cumplió la voluntad de Dios: «He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra» (Lc 1,38), responde al ángel en la Anunciación.

Jesús nos dice lo que necesitamos para llegar a ser sus familiares, también nosotros: «Aquellos que oyen...» (Lc 8,21) y para oír es preciso que nos acerquemos como sus familiares, que llegaron a donde estaba; pero no podían acercarse a Él a causa del gentío. Los familiares se esfuerzan por acercarse, convendría que nos preguntásemos si luchamos y procuramos vencer los obstáculos que encontramos en el momento de acercarnos a la Palabra de Dios. ¿Dedico diariamente unos minutos a leer, escuchar y meditar la Sagrada Escritura? Santo Tomás de Aquino nos recuerda que «es necesario que meditemos continuamente la Palabra de Dios (...); esta meditación ayuda poderosamente en la lucha contra el pecado».

Y, finalmente, cumplir la Palabra. No basta con escuchar la Palabra; es preciso cumplirla si queremos ser miembros de la familia de Dios. ¡Debemos poner en práctica aquello que nos dice! Por eso será bueno que nos preguntemos si solamente obedezco cuando lo que se me pide me gusta o es relativamente fácil, y, por el contrario, si cuando hay que renunciar al bienestar, a la propia fama, a los bienes materiales o al tiempo disponible para el descanso..., pongo la Palabra entre paréntesis hasta que vengan tiempos mejores. Pidamos a la Virgen María que escuchemos como Ella y cumplamos la Palabra de Dios para andar así por el camino que conduce a la felicidad duradera.

MEDITACIÓN COMENTARIO

POR

BLAS GONZÁLEZ

¿DIARIAMENTE ME ALIMENTO CON LA PALABRA DE DIOS? JESÚS DICE MI MADRE Y MI FAMILIA SON AQUELLOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS Y LA CUMPLEN ¿NOS CONTENTAMOS CON ESCUCHAR LA PALABRA DE DIOS Y NO LA CUMPLIMOS? CUMPLIR LA VOLUNTAD DE DIOS NO ES SOLO ESCUCHAR SU PALABRA, TENEMOS QUE CUMPLIRLA CUESTE LO QUE NOS CUESTE.

¿ACASO CREEMOS QUE TENEMOS QUE HACER SOLO LO QUE NOS INTERESA? AMIGOS PENSEMOS EN ESTE DÍA SI OÍMOS LA PALABRA DE DIOS Y HACEMOS SU VOLUNTAD NOS CUESTE LO QUE NOS CUESTE. ¡AMIGOS! ¿QUIEN DICE QUE HACER LA VOLUNTAD DE DIOS NO NOS CUESTA? PERO SIN EMBARGO TENEMOS QUE ALIMENTARNOS DIARIAMENTE CON LA EUCARISTÍA Y CON LA PALABRA DE DIOS, ÚNICO MEDIO PARA CONSEGUIR LA SANTIFICACIÓN ¿TE ANIMAS?

lunes, 19 de septiembre de 2011

LUNES XXV DEL TIEMPO ORDINARIO 19-09-11

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Lunes XXV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 8,16-18): En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Pues nada hay oculto que no quede manifiesto, y nada secreto que no venga a ser conocido y descubierto. Mirad, pues, cómo oís; porque al que tenga, se le dará; y al que no tenga, aun lo que crea tener se le quitará».

Comentario: Rev. D. Joaquim FONT i Gassol (Igualada, Barcelona, España)

«Pone (la lámpara) sobre un candelero, para que los que entren vean la luz»

Hoy, este Evangelio tan breve es rico en temas que atraen nuestra atención. En primer lugar, “dar luz”: ¡todo es patente ante los ojos de Dios! Segundo gran tema: las Gracias están engarzadas, la fidelidad a una atrae a otras: «Gratia pro Gratia» (Jn 1,16). En fin, es un lenguaje humano para cosas divinas y perdurables.

¡Luz para los que entran en la Iglesia! Desde siglos, las madres cristianas han enseñado en la intimidad a sus hijos con palabras expresivas, pero sobre todo con la “luz” de su buen ejemplo. También han sembrado con la típica cordura popular y evangélica, comprimida en muchos refranes, llenos de sabiduría y de fe a la vez. Uno de ellos es éste: «Iluminar y no difuminar». San Mateo nos dice: «(...) para que alumbre a todos los que están en la casa. Brille así vuestra luz delante de los hombres para que, al ver vuestras buenas obras, den gloria a vuestro Padre que está en los cielos» (Mt 5,15-16).

Nuestro examen de conciencia al final del día puede compararse al tendero que repasa la caja para ver el fruto de su trabajo. No empieza preguntando: —¿Cuánto he perdido? Sino más bien: —¿Qué he ganado? Y acto seguido: —¿Cómo podré ganar más mañana, qué puedo hacer para mejorar? El repaso de nuestra jornada acaba con acción de gracias y, por contraste, con un acto de dolor amoroso. —Me duele no haber amado más y espero lleno de ilusión, estrenar mañana el nuevo día para agradar más a Nuestro Señor, que siempre me ve, me acompaña y me ama tanto. —Quiero proporcionar más luz y disminuir el humo del fuego de mi amor.

En las veladas familiares, los padres y abuelos han forjado —y forjan— la personalidad y la piedad de los niños de hoy y hombres de mañana. ¡Merece la pena! ¡Es urgente! María, Estrella de la mañana, Virgen del amanecer que precede a la Luz del Sol-Jesús, nos guía y da la mano. «¡Oh Virgen dichosa! Es imposible que se pierda aquel en quien tú has puesto tu mirada» (San Anselmo).


NUESTRA REFLEXIÓN

POR

BLAS GONZÁLEZ

¿SOMOS LUZ? POR NUESTRO BAUTISMO SOMO LUZ, PERO ESA LUZ ¿DONDE LA COLOCAMOS?

ME IMAGINO QUE NO SE NOS OCURRIRÁ ESCONDERLA O PONERLA BAJO UN CELEMÍN, ENTONCES ¿QUE HAREMOS CON ESA LUZ? NOSOTROS SOMOS LOS CANDELABROS DONDE DIOS QUIERE QUE ESTE ESA LUZ PARA QUE AMEMOS Y ANIMEMOS A LOS DEMÁS.

HEMOS DE SER AUTÉNTICAS LUMINARIAS QUE NO SOLO NOS ILUMINE A NOSOTROS SINO QUE TAMBIÉN SEAMOS AUTÉNTICOS SUMINISTRADORES DE LA LUZ. ¿ILUMINAMOS DE VERDAD? O ¿SOMOS DE AQUELLOS IMPRUDENTES QUE PARA NO GASTAR LUZ, LA CUBREN O LA APAGAN?
¡AMIGOS LECTORES! NO NOS OLVIDEMOS NUNCA DE SER LUZ, LUZ QUE ILUMINE A TODOS AQUELLOS QUE DEAMBULAN POR LAS CALLES, OLVIDÁNDOSE U OLVIDÁNDONOS DE NUESTRA PRIMERA Y PRINCIPAL MISIÓN DAR LUZ AL MUNDO MEDITEMOS Y PREGUNTÉMONOS COMO VAMOS DE LUZ Y AL MISMO TIEMPO ANALICEMOS E INCLUSO DÉMÓSLE O DÉMONOS LA PAUTA A SEGUIR EN NUESTRO CAMINAR HACIA DIOS. PIDÁMOSLE QUE PIDAMOS Y SEAMOS EL FARO LUMINOSO QUE NOS GUIEN Y QUW guiwmos a los demás.

domingo, 18 de septiembre de 2011

DISCURSO DEL SANTO PADRE, BENEDICTO XVI, INVITÁNDOLES A QUE NO TENGAN MIEDO AL MATRIMONIO A LOS NOVIOS

EL PASADO DOMINGO 11 DE SEPTIEMBRE, NUESTRO SANTO PADRE SE DIRIGIÓ A LOS NOVIOS A NO TENER MIEDO AL MATRIMONIO, SI LOS NOVIOS HICIERAN CASO A ESTOS CONSEJOS DEL SANTO PADRE, DE SEGURO QUE NO HABRÍAN TANTAS RUPTURAS MATRIMONIALES Y SEPARACIONES DE PAREJAS QUE UN DÍA DECIDIERON PONERSE A VIVIR JUNTOS SIN PASAR POR EL ALTAR.

¡DA PENA, CONTEMPLAR LA ENORME CANTIDAD DE PAREJAS QUE VIVEN JUNTOS POR ESO DE QUE FALTA HACE EL PASAR POR LA IGLESIA Y CONTEMPLAR A DIARIO ESAS RUPTURAS Y ESOS NIÑOS QUE CUAL JUGUETES SE QUEDAN A MERCED DE AHORA ME TOCA A MI Y LA SEMANA PRÓXIMA TE TOCA A TI.

ES PRECISAMENTE POR ESTA RAZÓN POR LA QUE HE DECIDIDO INSERTAR EN MI BLOC ESTE DISCURSO DEL SANTO PADRE, BENEDICTO XVI, CON EL FIN QUE CAIGA EN BUENA TIERRA Y DÉ FRUTO ABUNDANTE.
A CONTINUACIÓN EL DISCURSO DEL PAPA BENEDICTO XVI:


BENEDICTO XVI INVITA A LOS NOVIOS A “NO TENER MIEDO” AL MATRIMONIO

El noviazgo debe ser un “camino de fe”

ANCONA, domingo 11 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI celebró un emotivo encuentro con jóvenes parejas de novios en la Piazza del Plebiscito de Ancona, con ocasión de su visita pastoral a esta ciudad italiana para clausurar el 25º Congreso Eucarístico Nacional.
El Papa mantuvo este encuentro inmediatamente después de otro en la catedral con familias y sacerdotes, en el que el Pontífice había hablado largo rato de la importancia de la familia y del matrimonio dentro de la Iglesia (ver www.zenit.org/article-40334?l=spanish).
Al dirigirse a los novios, tras escuchar el testimonio de una pareja, Benedicto XVI les invitó a considerar el tiempo de noviazgo como “un itinerario de fe” y a no tener miedo de asumir las responsabilidades que implica el matrimonio cristiano.
El Papa expresó su alegría de concluir con este encuentro con los novios, con el tema “Te desposaré” (Os 2,22), la jornada, “casi como queriendo confiar la herencia de este acontecimiento de gracia a vuestras jóvenes vidas”.
“Por lo demás, la Eucaristía, don de Cristo para la salvación del mundo, indica y contiene el horizonte más verdadero de la experiencia que estáis viviendo: el amor de Cristo como plenitud del amor humano”, dijo a los jóvenes.
En este sentido, les recordó que “la experiencia del amor tiene dentro de sí la tensión hacia Dios” y les exhortó a hacer del tiempo de preparación al matrimonio “un itinerario de fe”.
“Redescubrid para vuestra vida de pareja la centralidad de Jesucristo y del caminar en la Iglesia”, les dijo. “No descuidéis la importancia vital de este encuentro”; “de la Eucaristía brota el sentido cristiano de la existencia y una forma nueva de vivir ”.
“No tendréis, entonces, miedo de asumir la comprometida responsabilidad de la elección conyugal; no temeréis entrar en este "gran misterio", en el que dos personas se hacen una sola carne”.
Valentía
El Papa reconoció que “en ciertos aspectos, el nuestro es un tiempo no fácil, sobre todo para vosotros los jóvenes”.
“La mesa está repleta de muchas cosas deliciosas, pero, como en el episodio evangélico de las bodas de Caná, parece que haya faltado el vino de la fiesta”, afirmó.
El Papa constató que “sobre todo, la dificultad de encontrar un trabajo estable extiende un velo de incertidumbre sobre el futuro. Esta condición contribuye a dejar para más adelante la asunción de decisiones definitivas, e incide en modo negativo sobre el crecimiento de la sociedad, que no consigue valorar plenamente la riqueza de energías, de competencias y de creatividad de vuestra generación”.
“Falta el vino de la fiesta también a una cultura que tiende a prescindir de claros criterios morales”, en el que a menudo parece prevalecer “la aparente exaltación del cuerpo, que en realidad banaliza la sexualidad y tiende a hacerla vivir fuera de un contexto de comunión de vida y de amor”, prosiguió.
En este contexto, el Pontífice exhortó a los jóvenes a no perder la esperanza y a no tener miedo de afrontar los desafíos presentes en una relación seria y duradera.
“Tened valor, también en las dificultades, permaneciendo firmes en la fe. Estad seguros de que, en toda circunstancia, sois amados y custodiados por el amor de Dios, que es nuestra fuerza”, les exhortó.
El valor de la castidad
Benedicto XVI recordó a los jóvenes que el noviazgo representa “etapa única, que abre a la maravilla del encuentro y que hace descubrir la belleza de existir y de ser preciosos para alguien”.
“todo amor humano es signo del Amor eterno que nos ha creado, y cuya gracia santifica la decisión de un hombre y de una mujer de entregarse recíprocamente la vida en el matrimonio”, indicó, instándoles a vivir el noviazgo “en la espera confiada de este don”.
“Solo con esta condición el lenguaje del amor será siendo significativo también con el paso de los años”, comentó.
Por ello, el Papa afirmó que la convivencia prematrimonial “no es una garantía para el futuro”: “Quemar etapas acaba por 'quemar' el amor, que el cambio necesita respetar los tiempos y la gradualidad en las expresiones; necesita dar espacio a Cristo, que es capaz de hacer un amor humano fiel, feliz e indisoluble”.
Igualmente, pidió a los jóvenes que se eduquen “en la libertad de la fidelidad, que lleva a custodiarse mutuamente, hasta vivir el uno para el otro”.
“Preparaos para elegir con convicción el "para siempre" que distingue al amor: la indisolubilidad, antes que una condición, es un don que debe desearse, pedirse y vivirse, más allá de cualquier situación humana cambiante”. Esta fidelidad les hará “capaces también de estar abiertos a la vida y de ser padres”.
Los novios, les recomendó por último, no deben cerrarse en “relaciones intimistas, falsamente tranquilizadoras” sino que su relación debe “convertirse en levadura de una presencia activa y responsable en la comunidad”.
“ Fidelidad, indisolubilidad y transmisión de la vida son los pilares de toda familia, verdadero bien común, patrimonio precioso para toda la sociedad. Desde ahora, fundad sobre ellos vuestro camino hacia el matrimonio y dad testimonio de él también a vuestros coetáneos: ¡es un servicio precioso!”, concluyó”.

EN EL EVANGELIO DE HOY DOMINGO XXV DEL TIEMPO ORDINARIO, CRISTO NOS DICE QUE LOS PRIMEROS SERÁN LOS ÚLTIMOS Y LOS ÚLTIMOS LOS PRIMEROS

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Domingo XXV (A) del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Mt 20,1-16): En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un propietario que al amanecer salió a contratar jornaleros para su viña. Después de ajustarse con ellos en un denario por jornada, los mandó a la viña. Salió otra vez a media mañana, vio a otros que estaban en la plaza sin trabajo, y les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña, y os pagaré lo debido’. Ellos fueron.

»Salió de nuevo hacia mediodía y a media tarde, e hizo lo mismo. Salió al caer la tarde y encontró a otros, parados, y les dijo: ‘¿Cómo es que estáis aquí el día entero sin trabajar?’. Le respondieron: ‘Nadie nos ha contratado’. Él les dijo: ‘Id también vosotros a mi viña’.

»Cuando oscureció, el dueño dijo al capataz: ‘Llama a los jornaleros y págales el jornal, empezando por los últimos y acabando por los primeros’. Vinieron los del atardecer y recibieron un denario cada uno. Cuando llegaron los primeros, pensaban que recibirían más, pero ellos también recibieron un denario cada uno. Entonces se pusieron a protestar contra el amo: ‘Estos últimos han trabajado sólo una hora y los has tratado igual que a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el bochorno’. Él replicó a uno de ellos: ‘Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No nos ajustamos en un denario? Toma lo tuyo y vete. Quiero darle a este último igual que a ti. ¿Es que no tengo libertad para hacer lo que quiera en mis asuntos? ¿O vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?’. Así, los últimos serán los primeros y los primeros los últimos».

Comentario: Rev. D. Jaume GONZÁLEZ i Padrós (Barcelona, España)

«¿Vas a tener tú envidia porque yo soy bueno?»

Hoy el evangelista continúa haciendo la descripción del Reino de Dios según la enseñanza de Jesús, tal como va siendo proclamado durante estos domingos de verano en nuestras asambleas eucarísticas.

En el fondo del relato de hoy, la viña, imagen profética del pueblo de Israel en el Primer Testamento, y ahora del nuevo pueblo de Dios que nace del costado abierto del Señor en la cruz. La cuestión: la pertenencia a este pueblo, que viene dada por una llamada personal hecha a cada uno: «No me habéis elegido vosotros a mí, sino que yo os he elegido a vosotros» (Jn 15,16), y por la voluntad del Padre del cielo, de hacer extensiva esta llamada a todos los hombres, movido por su voluntad generosa de salvación.

Resalta, en esta parábola, la protesta de los trabajadores de primera hora. Son la imagen paralela del hermano mayor de la parábola del hijo pródigo. Los que viven su trabajo por el Reino de Dios (el trabajo en la viña) como una carga pesada («hemos aguantado el peso del día y el bochorno»: Mt 20,12) y no como un privilegio que Dios les dispensa; no trabajan desde el gozo filial, sino con el malhumor de los siervos.

Para ellos la fe es algo que ata y esclaviza y, calladamente, tienen envidia de quienes “viven la vida”, ya que conciben la conciencia cristiana como un freno, y no como unas alas que dan vuelo divino a la vida humana. Piensan que es mejor permanecer desocupados espiritualmente, antes que vivir a la luz de la palabra de Dios. Sienten que la salvación les es debida y son celosos de ella. Contrasta notablemente su espíritu mezquino con la generosidad del Padre, que «quiere que todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad» (1Tim 2,4), y por eso llama a su viña, «Él que es bueno con todos, y ama con ternura todo lo que ha creado» (Sal 144,9).


NUESTRA REFLEXIÓN


POR
BLAS GONZÁLEZ

EN EL EVANGELIO DE HOY, CRISTO NOS LLAMA A QUE PARTICIPEMOS A EXTENDER EL REINO DE LOS CIELOS Y ¿QUE OCURRE? LA PROMESA QUE NOS HACE ES EL REINO DE LOS CIELOS. ¿TAL VEZ HEMOS SIDO LOS PRIMEROS EN SER LLAMADOS, PERO ESO NOS DA EL DERECHO
A SER ELEGIDOS? NI MUCHO MENOS. LA PAGA HA SIDO UN DENARIO ES DECIR EL REINO DE LOS CIELOS PERO QUIEN NOS DICE QUE NUESTRO COMPORTAMIENTO A LA HORA DE LA VERDAD, HAYA SIDO MEJOR QUE LA DE LOS ÚLTIMOS EN SER LLAMADOS? MEDITEMOS Y EXAMINEMOS CUAL HA SIDO NUESTRA ACTITUD CON CRISTO. ¿HA SIDO POR AMOR Y LO HEMOS DADO TODO SIN PEDIR NADA A CAMBIO'?

LEAMOS EL COMENTARIO PUBLICADO EN ZENIT

POR MONSEÑOR CARLOS ESCRIBANO SUBÍAS


OBISPO DE TERUEL.








EVANGELIO DEL DOMINGO: EL MEJOR JORNAL

Por monseñor Carlos Escribano Subías

TERUEL, viernes, 16, de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al pasaje evangélico (Mateo 20, 1-16) de este domingo, 18 de septiembre, XXV del tiempo ordinario, redactado por monseñor Carlos Escribano Subías, obispo de Teruel y Albarracín.

* * *
El Evangelio de este domingo nos presenta de nuevo a Jesús enseñando a sus discípulos. Una vez más, utiliza una parábola para expresarse. Los personajes están muy definidos: un propietario y unos jornaleros, que representan a Dios y a cada uno de nosotros. El actuar del propietario nos deja entrever un deseo profundamente arraigado en el corazón de Dios: la llamada a colaborar con Él en la construcción de su Reino.

Un primer elemento, que a mi modo de ver es fundamental en este relato, es el hecho de que Dios cuente con nosotros y nos llame. Ser llamados se convierte en sí, en la primera recompensa. Nos da la oportunidad de trabajar con Él, en Él y para Él. Nos permite ponernos a su servicio, colaborar en su obra. Si uno se hace plenamente consciente de lo que esto significa, cualquier fatiga se verá recompensada.

Tan importante como el llamamiento será el analizar nuestra respuesta. En el caso de los jornaleros de la parábola, la respuesta es siempre positiva. Se ha producido una sintonía de intenciones. Dios ha calado en el corazón de aquellos hombres y se deciden a trabajar con Él. Es determinante descubrir el sentido real de la invitación del Señor y lo que significa. Aquellos que trabajan solo por el jornal y no descubren el amor como motivación última, no terminar de entender el sentido real de lo que están viviendo.

Interpretar de modo adecuado la situación y descubrir el inestimable tesoro que se nos presenta, exige amar al Señor y su Reino. Desde esta perspectiva podemos abordar el problema del salario que los jornaleros reciben. ¿Por qué todos reciben la misma paga? Sencillamente porque esta simboliza el don del amor de Dios, que culmina con la vida eterna. Pero desde el primer momento esa donación por parte de Dios, es plena: Dios ante la respuesta afirmativa del corazón del creyente, se da totalmente.

Una vez más la lógica de Dios, es distinta a la de los hombres. Sus planes no son nuestros planes. Entonces, ¿de qué estamos hablando cuando decimos que “Dios se nos da”? En el fondo es encontrarnos con él mismo, con su grandeza y amor, que se convierten para nosotros en un acontecimiento (Cfr. Deus Caritas Est nº1), a partir del cual ya nada es igual. El descubrir esa presencia y la relación que entonces se instaura, nos conduce a la vida plena.

San Mateo vivió en primera persona la experiencia que nos narra en el evangelio. Antes de que el Señor le llamase, era un cobrador de impuestos, es decir, un pecador público excluido de la viña del Señor. Pero todo cambia cuando Jesús, pasando junto a su mesa de impuestos, lo mira y le dice: "Sígueme". Mateo se levantó y lo siguió. De publicano se convirtió inmediatamente en discípulo de Cristo. De "último" se convirtió en "primero", gracias a la lógica de Dios, que —¡por suerte para nosotros!— es diversa de la del mundo.

También nosotros somos jornaleros llamados a trabajar en la viña del Señor. Sabemos cual es nuestra paga y recompensa. Descubramos el gran don del amor de Dios.

sábado, 17 de septiembre de 2011

NOTA DE RELIGIÓN EN LIBERTAD.COM DEMASIADA VERBORREA EN LA LITURGIA DE LA PALABRA"

MUCHAS VECES NOS QUEJAMOS QUE NO SE VENGA A LA PARTICIPACIÓN DE LA EUCARISTÍA Y CREO QUE UNA DE LAS RAZONES ES ESTA QUE SE PUBLICA EN RELIGIÓN EN LIBERTAD.COM, POR ELLO CONSIDERO OPORTUNO PUBLICAR ESTA NOTA EN MI BLOC.

ESPERO QUE SEA DEL AGRADO DE MIS APRECIADOS LECTORES Y QUE APROVECHEN PARA LOS SILENCIOS QUE SE RECOMIENDA EN DICHO ESCRITO.


A CONTINUACIÓN INSERTO LA NOTICIA DE RELIGIÓN EN LIBERTAD.COM:




Actualizado 17 septiembre 2011
Demasiada verborrea en la Liturgia de la Palabra




El grave peligro de la liturgia de la Palabra es que sobran palabras, es decir, las moniciones, muchas veces, son interminables, se añade una homilía larguísima, a veces, diálogos y preguntas, muchos cantos pero, cuando llega la preparación de los dones, el presidente y la asamblea acelera, se suprime el canto del Santo, se usa la plegaria eucarística II porque es más breve, y la comunión se reparte aprisa y corriendo para que "la Misa no dure demasiado".

A esta liturgia verbalista, más pendiente de transmitir conceptos que de celebrar el acontecimiento salvador que es Cristo, tan verbalista que acaba por ahogar la Palabra verdadera, hay que ponerle freno de la forma que prevee la liturgia, es decir, con el silencio y la oración.

1. El silencio está previsto en diversos momentos de la celebración, es más, incluso se le llama en el Misal, silencio sagrado; son pequeñas pausas de interiorización, de oración personal, que también tiene cabida dentro de la acción litúrgica. También en la liturgia de la Palabra hay momentos para el silencio. Después de la primera lectura, antes del canto del Salmo, después de la segunda y, especialmente, una pequeña pausa después de la homilía. Esto hará que se pase del discurso a la oración, de muchas palabras a la interiorización.

2. No bastan las palabras, hace falta silencio para interiorizarlas, orarlas para hacerlas vida en la asamblea. La oración tiene que entrar en nuestra liturgia. El canto del salmo y del Aleluya tienen que ser también expresión de esta oración.

3. El desarrollo celebrativo pausado, con gestos claros, sin correr nunca, con dignidad en la celebración, tanto de la Palabra como del Sacramento.

4. Las moniciones introductorias, en ocasiones necesarias, pero no siempre obligatorias ni convenientes, han de ser muy breves, escuetas, para ayudar y suscitar el deseo de la escucha, no una larga catequesis ni tampoco una clase de exégesis bíblica (mucho menos para hacer que "intervengan" más personas so pretexto de que eso es participación):
Antes de las lecturas, especialmente antes de la primera, pueden hacerse unas breves y apropiadas moniciones. Hay que atender con mucho cuidado el género literario de estas moniciones. Deben ser sencillas, fieles al texto, breves, preparadas minuciosamente y adaptadas al matiz propio del texto al que deben introducir (OLM 15)
Pensemos que el OLM destaca la importancia del silencio como momento pneumatológico y, como tal, no es un silencio muerto, sino un silencio de participación y comunión con el Misterio:


“La liturgia de la palabra debe celebrarse de tal manera, que favorezca la meditación; por eso se ha de evitar toda clase de prisa, que impide el recogimiento. El diálogo entre Dios y los hombres, que se realiza con la ayuda del Espíritu Santo, requiere breves momentos de silencio, adecuados a la asamblea presente, para que en ellos la palabra de Dios sea acogida interiormente y se prepare una respuesta por medio de la oración.
Pueden guardarse estos momentos de silencio, por ejemplo, antes de comenzar la liturgia de la palabra, después de la primera y la segunda lectura, y al terminar la homilía” (OLM 28).

EVANGELIO DE HOY SÁBADO XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Sábado XXIV del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 8,4-15): En aquel tiempo, habiéndose congregado mucha gente, y viniendo a Él de todas las ciudades, dijo en parábola: «Salió un sembrador a sembrar su simiente; y al sembrar, una parte cayó a lo largo del camino, fue pisada, y las aves del cielo se la comieron; otra cayó sobre piedra, y después de brotar, se secó, por no tener humedad; otra cayó en medio de abrojos, y creciendo con ella los abrojos, la ahogaron. Y otra cayó en tierra buena, y creciendo dio fruto centuplicado». Dicho esto, exclamó: «El que tenga oídos para oír, que oiga».

Le preguntaban sus discípulos qué significaba esta parábola, y Él dijo: «A vosotros se os ha dado el conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás sólo en parábolas, para que viendo, no vean y, oyendo, no entiendan.

»La parábola quiere decir esto: La simiente es la Palabra de Dios. Los de a lo largo del camino, son los que han oído; después viene el diablo y se lleva de su corazón la Palabra, no sea que crean y se salven. Los de sobre piedra son los que, al oír la Palabra, la reciben con alegría; pero éstos no tienen raíz; creen por algún tiempo, pero a la hora de la prueba desisten. Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez. Lo que cae en buena tierra, son los que, después de haber oído, conservan la Palabra con corazón bueno y recto, y dan fruto con perseverancia».

Comentario: Rev. D. Lluís RAVENTÓS i Artés (Tarragona, España)

«Lo que cae en buena tierra, son los que (...) dan fruto con perseverancia»

Hoy, Jesús nos habla de un sembrador que salió «a sembrar su simiente» (Lc 8,5) y aquella simiente era precisamente «la Palabra de Dios». Pero «creciendo con ella los abrojos, la ahogaron» (Lc 8,7).

Hay una gran variedad de abrojos. «Lo que cayó entre los abrojos, son los que han oído, pero a lo largo de su caminar son ahogados por las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, y no llegan a madurez» (Lc 8,14).

—Señor, ¿acaso soy yo culpable de tener preocupaciones? Ya quisiera no tenerlas, ¡pero me vienen por todas partes! No entiendo por qué han de privarme de tu Palabra, si no son pecado, ni vicio, ni defecto.

—¡Porque olvidas que Yo soy tu Padre y te dejas esclavizar por un mañana que no sabes si llegará!

«Si viviéramos con más confianza en la Providencia divina, seguros —¡con una firmísima fe!— de esta protección diaria que nunca nos falta, ¡cuántas preocupaciones o inquietudes nos ahorraríamos! Desaparecerían un montón de quimeras que, en boca de Jesús, son propias de paganos, de hombres mundanos (cf. Lc 12,30), de las personas que son carentes de sentido sobrenatural (...). Yo quisiera grabar a fuego en vuestra mente —nos dice san Josemaría— que tenemos todos los motivos para andar con optimismo en esta tierra, con el alma desasida del todo de tantas cosas que parecen imprescindibles, puesto que vuestro Padre sabe muy bien lo que necesitáis! (cf. Lc 12,30), y Él proveerá». Dijo David: «Pon tu destino en manos del Señor, y él te sostendrá» (Sal 54,23). Así lo hizo san José cuando el Señor lo probó: reflexionó, consultó, oró, tomó una resolución y lo dejó todo en manos de Dios. Cuando vino el Ángel —comenta Mn. Ballarín—, no osó despertarlo y le habló en sueños. En fin, «Yo no debo tener más preocupaciones que tu Gloria..., en una palabra, tu Amor» (San Josemaría).


NUESTRA REFLEXIÓN DE HOY

POR

BLAS GONZÁLEZ

¡AMIGOS! EL CONTENIDO EVANGÉLICO DE HOY NOS VIENE A PIE JUNTILLAS PORQUE ES NECESARIO QUE NOS PREGUNTEMOS ¿CUAL ES NUESTRA ACTITUD ANTE ESTA PARÁBOLA? ¿PERTENECEMOS AL TERRENO DE LA PRIMERA PALABRA O AL DE LA ÚLTIMA? INTENTEMOS DURANTE ESTE DÍA HACER UN ANÁLIS DE NUESTRA ACTITUD Y TOMAR CONCIENCIA DE QUE DEBEMOS HACER.

viernes, 16 de septiembre de 2011

LA NOTICIA EN RELIGIÓN EN LIBERTAD.COM

En Argentina

Triunfo de la vida y el amor: nace un bebé de una joven discapacitada que sufrió una violación

«El hecho de la violación es lamentable, el bebé no tiene culpa alguna», subraya la asociación Argentinos Alerta. La madre y el bebé están en perfecto estado.

Zenit



En Pakistán están aumentando las violaciones de mujeres cristianas

Denuncian la inacción de los gobiernos ante violaciones de la libertad religiosa contra cristianos

Hace menos de un mes nació en la localidad de La Bebida, Rivadavia, Argentina, un bebé de 3 kilos en perfecto estado de salud que se ha convertido en el más mimado de la familia y los vecinos. Su madre es una joven de 23 años con un 80% de incapacidad total y permanente. El bebé es fruto de una violación, lo que añade dramatismo a una historia en la que ha triunfado la vida.

“Este caso nos conmueve y nos muestra cómo la nueva vida fue sorteando obstáculos y encontrando su camino para finalmente llevar alegría no sólo a su humilde familia, sino también a toda una comunidad que ha acogido a este bebé con mucho cariño”, afirma la página web de la asociación Argentinos Alerta, que ha dado la noticia.

Al enterarse de la noticia del embarazo, la gente del barrio empezó a acercarse con ropa para el bebé y con ayuda para la joven mamá, muy querida en el vecindario.

El amor puede con todo
“Son los frutos de la fuerza del amor. Aunque el hecho de la violación es lamentable, el bebé no tiene culpa alguna”, subraya esta asociación.

Se trataría, según la mayoría de las legislaciones actuales sobre el aborto de un caso de manual. En Argentina, el artículo 86 del Código Penal establece que “el aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta no es punible, si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente”.

Pero a este bebé la solidaridad y la fe en la vida le concedió crecer en el seno de su madre junto a su familia y así pudo evitar una sentencia de muerte.

Aún lamentando toda la violencia que implica una violación y esperando que la justicia actúe con prontitud para encontrar al culpable, la asociación considera ejemplar el cariño con el que su familia y la comunidad han acogido a este bebé.

La noticia del nacimiento fue publicada en el Diario de Cuyo, cuando el bebé tenía veinte días. El bebé, dice el diario, ha generado un magnetismo particular. Todos (familia y vecinos) sonríen al verlo, todos quieren mimarlo, todos parecen agradecidos con su presencia.

“Quizá sea por verlo en brazos de su madre, una joven de 23 años con sonrisa imperturbable, que también conmueve porque es alguien especial: tal es su retraso madurativo que un neurólogo lo tradujo en un duro diagnóstico, ‘80% de incapacidad total y permanente‘”.

Hay sin embargo un lado dramático: el bebé, normal y sano, es fruto de un abuso sexual. Y el único sospechoso es un cuñado de la joven.


Embarazada de cinco meses se dio cuenta de la situación
El drama se descubrió cuando la joven estaba embarazada de cinco meses. Su madre le preguntó y entonces la joven señaló a su propio cuñado. Esta había ido a casa de su hermana para ayudarla con los hijos y la casa, pues su minusvalía no le impide desempeñar bien las labores del hogar.

Al saber del abuso, se produjo una fractura en las relaciones familiares, aunque no hubo denuncia. La noticia sin embargo provocó una reacción muy distinta: la gente del barrio empezó a acercarse con ropa para el bebé y con ayuda para la joven mamá, muy querida en el vecindario.

Y en su propia casa reaccionaron de distinta manera: “Nosotros somos pobres. Yo cobro una pensión por los siete hijos, mi marido hace changas, mi hija de 18 años trabaja de empleada doméstica. Mi hija no tiene pensión por su discapacidad y nos hacen falta muchas cosas, pero al niño nunca le va a faltar nada. Con el muchacho verán lo que harán, porque no puede ser que un yerno me haya hecho eso’”, dice Hilda.

La madre de la joven minusválida denunció el caso cuando la novedad del nacimiento provocó el aviso de los médicos a las autoridades y se emprendió la investigación de rigor, pues legalmente se entiende que una persona con problemas madurativos jamás pudo consentir una relación sexual.

Legalmente, Hilda y su marido tienen la tutela del niño y la de su madre, que desde el nacimiento amamanta, cambia pañales y está siempre pendiente de la criatura

EVANGELIO DE HOY VIERNES 16 DE SEPTIEMBRE, CORRESPONDE AL VIERNES XXIV DEL TIEMPO ORDINARIO ¿PREDICAS EL REINO DE DIOS?

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Viernes XXIV del tiempo ordinario
Texto del Evangelio (Lc 8,1-3): En aquel tiempo, Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios; le acompañaban los Doce, y algunas mujeres que habían sido curadas de espíritus malignos y enfermedades: María, llamada Magdalena, de la que habían salido siete demonios, Juana, mujer de Cusa, un administrador de Herodes, Susana y otras muchas que les servían con sus bienes.

Comentario: Rev. D. Jordi PASCUAL i Bancells (Salt, Girona, España)

«Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva del Reino de Dios»

Hoy, nos fijamos en el Evangelio en lo que sería una jornada corriente de los tres años de vida pública de Jesús. San Lucas nos lo narra con pocas palabras: «Jesús iba por ciudades y pueblos, proclamando y anunciando la Buena Nueva» (Lc 8,1). Es lo que contemplamos en el tercer misterio de Luz del Santo Rosario.

Comentando este misterio dice el Papa Juan Pablo II: «Misterio de luz es la predicación con la que Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con fe humilde, iniciando así el misterio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia».

Jesús continúa pasando cerca de nosotros ofreciéndonos sus bienes sobrenaturales: cuando hacemos oración, cuando leemos y meditamos El Evangelio para conocerlo y amarlo más e imitar su vida, cuando recibimos algún sacramento, especialmente la Eucaristía y la Penitencia, cuando nos dedicamos con esfuerzo y constancia al trabajo de cada día, cuando tratamos con la familia, los amigos o los vecinos, cuando ayudamos a aquella persona necesitada material o espiritualmente, cuando descansamos o nos divertimos... En todas estas circunstancias podemos encontrar a Jesús y seguirlo como aquellos doce y aquellas santas mujeres.

Pero, además, cada uno de nosotros es llamado por Dios a ser también “Jesús que pasa”, para hablar —con nuestras obras y nuestras palabras— a quienes tratamos acerca de la fe que llena de sentido nuestra existencia, de la esperanza que nos mueve a seguir adelante por los caminos de la vida fiados del Señor, y de la caridad que guía todo nuestro actuar.

La primera en seguir a Jesús y en “ser Jesús” es María. ¡Que Ella con su ejemplo y su intercesión nos ayude!

PARA NUESTRA REFLEXIÓN

POR

BLAS GONZÁLEZ

¿HEMOS PENSADO, QUE ESTE EVANGELIO VA DIRIGIDO A TI Y A MI? ¿POR QUE? ¿SOMOS CRISTIANOS CATÓLICOS? ¿COMO LLEVAMOS LO DEL ANUNCIO DEL REINO DE DIOS? NO VASTA CON HABLAR ES NECESARIO QUE NUESTRA VIDA SEA REFLEJO DEL REINO DE DIOS NO PODEMOS PREDICAR UNA COSA Y VIVIR OTRA MUY DIFERENTE. HEMOS DE TENER EN CUENTA QUE UNA IMAGEN VALE MAS QUE MIL PALABRAS POR TANTO NOS PODEMOS DESGAÑITAR PREDICANDO QUE SI EL EJEMPLO DE NUESTRA VIDA NO SE CORRESPONDE CON LO PREDICAMOS, NO SEREMOS CREÍDOS
NO OLVIDEMOS LO QUE DICE BENEDICTO XVI SE HA DE SER CREYENTE Y CREÍBLE.

LEAMOS Y MEDITEMOS EL EVANGELIO DE HOY, PREGUNTÁNDONOS ¿QUE ESTOY HACIENDO PARA QUE EL REINO DE DIOS, SE EXTIENDA CADA DÍA MAS? ¿EN MI VIDA REFLEJO A JESÚS?

jueves, 15 de septiembre de 2011

EL EVANGELIO DE HOY JUEVES 15 DE SEPTIEMBRE, FESTIVIDAD DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES ES LUCAS 2,33-35

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 15 de Septiembre:Nuestra Señora de los Dolores

Texto del Evangelio (Lc 2,33-35): En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!- a fin de que queden al descubierto las intenciones de muchos corazones».

Comentario: P. Abad Dom Josep Mª SOLER OSB Abad de Montserrat (Barcelona, España)

«Una espada te atravesará el alma»

Hoy, en la fiesta de Nuestra Señora, la Virgen de los Dolores, escuchamos unas palabras punzantes en boca del anciano Simeón: «¡Y a ti misma una espada te atravesará el alma!» (Lc 2,35). Afirmación que, en su contexto, no apunta únicamente a la pasión de Jesucristo, sino a su ministerio, que provocará una división en el pueblo de Israel, y por lo tanto un dolor interno en María. A lo largo de la vida pública de Jesús, María experimentó el sufrimiento por el hecho de ver a Jesús rechazado por las autoridades del pueblo y amenazado de muerte.

María, como todo discípulo de Jesús, ha de aprender a situar las relaciones familiares en otro contexto. También Ella, por causa del Evangelio, tiene que dejar al Hijo (cf. Mt 19,29), y ha de aprender a no valorar a Cristo según la carne, aun cuando había nacido de Ella según la carne. También Ella ha de crucificar su carne (cf. Ga 5,24) para poder ir transformándose a imagen de Jesucristo. Pero el momento fuerte del sufrimiento de María, en el que Ella vive más intensamente la cruz es el momento de la crucifixión y la muerte de Jesús.

También en el dolor, María es el modelo de perseverancia en la doctrina evangélica al participar en los sufrimientos de Cristo con paciencia (cf. Regla de san Benito, Prólogo 50). Así ha sido durante toda su vida, y, sobre todo, en el momento del Calvario. De esta manera, María se convierte en figura y modelo para todo cristiano. Por haber estado estrechamente unida a la muerte de Cristo, también está unida a su resurrección (cf. Rm 6,5). La perseverancia de María en el dolor, realizando la voluntad del Padre, le proporciona una nueva irradiación en bien de la Iglesia y de la Humanidad. María nos precede en el camino de la fe y del seguimiento de Cristo. Y el Espíritu Santo nos conduce a nosotros a participar con Ella en esta gran aventura.

LA REFLEXIÓN PARA HOY DÍA DE

NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES


POR BLAS GONZÁLEZ

AYER CELEBRÁBAMOS EL DÍA LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ Y EN NUESTRA REFLEXIÓN HABLÁBAMOS DEL AMOR QUE TENÍAMOS QUE TENER A LA CRUZ Y ELLA A JESÚS CRUCIFICADO POR EL AMOR QUE NOS TENÍA HASTA EL EXTREMO DE MORIR POR NOSOTROS Y EN MUERTE DE CRUZ.

HOY CONTEMPLAMOS A LA PERSONA MÁS IMPORTANTE DESPUÉS DE JESÚS QUE ES SU MADRE LA VIRGEN MARÍA ¿NOS PODEMOS IMAGINAR EL SUFRIMIENTO TAN GRANDE QUE PADECIÓ SU MADRE LA VIRGEN MARÍA? SIEMPRE FUE FIEL A SU HIJO Y SIEMPRE ESTUVO SUFRIENDO POR ÉL, DESDE QUE NACIÓ Y SIN EMBARGO NUNCA LA VIMOS QUEJAR, NI TAN SIQUIERA CUANDO EL ANCIANO SIMEÓN LE ANUNCIÓ QUE UN PUÑAL ATRAVESARÍA SU ALMA.¿COMO NOS PORTAMOS CON NUESTRA MADRE LA VIRGEN? ¿LA AMAMOS Y LE SOMOS FIELES, HACIENDO LO QUE SU HIJO NOS DIGA? CUANDO EN LAS BODAS DE CANA AQUELLA PAREJA EN SU FIESTA SE LES ACABA EL VINO ¿QUE HACE MARÍA? DESPUÉS DE ACERCARSE A JESÚS, SE ACERCA A LOS SERVIDORES DEL VINO Y LES DICE HACED LO QUE ÉL OS DIGA Y ESO NOS LO ESTÁ DICIENDO TODOS LOS DÍAS A TI Y A MI, POR ESO EN ESTE DÍA COMO HOMENAJE Y A FIN DE ALIVIAR LOS DOLORES A MARÍA SEAMOS CONSCIENTES Y DIGAMOS MADRE AQUÍ NOS TIENES DISPUESTOS SIEMPRE A HACER LO QUE TU HIJO JESÚS DESEE DE MI

miércoles, 14 de septiembre de 2011

HOY MIÉRCOLES 14 DE SEPTIEMBRE, CELEBRAMOS LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ (Jn 3,13-17)

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: 14 de Septiembre: La Exaltación de laSanta Cruz
Texto del Evangelio (Jn 3,13-17): En aquel tiempo, Jesús dijo a Nicodemo: «Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».

Comentario: Rev. D. Antoni CAROL i Hostench (Sant Cugat del Vallès, Barcelona, España)

«Para que todo el que crea en Él tenga vida eterna»

Hoy, el Evangelio es una profecía, es decir, una mirada en el espejo de la realidad que nos introduce en su verdad más allá de lo que nos dicen nuestros sentidos: la Cruz, la Santa Cruz de Jesucristo, es el Trono del Salvador. Por esto, Jesús afirma que «tiene que ser levantado el Hijo del hombre» (Jn 3,14).

Bien sabemos que la cruz era el suplicio más atroz y vergonzoso de su tiempo. Exaltar la Santa Cruz no dejaría de ser un cinismo si no fuera porque allí cuelga el Crucificado. La cruz, sin el Redentor, es puro cinismo; con el Hijo del Hombre es el nuevo árbol de la Sabiduría. Jesucristo, «ofreciéndose libremente a la pasión» de la Cruz ha abierto el sentido y el destino de nuestro vivir: subir con Él a la Santa Cruz para abrir los brazos y el corazón al Don de Dios, en un intercambio admirable. También aquí nos conviene escuchar la voz del Padre desde el cielo: «Éste es mi Hijo (...), en quien me he complacido» (Mc 1,11). Encontrarnos crucificados con Jesús y resucitar con Él: ¡he aquí el porqué de todo! ¡Hay esperanza, hay sentido, hay eternidad, hay vida! No estamos locos los cristianos cuando en la Vigilia Pascual, de manera solemne, es decir, en el Pregón pascual, cantamos alabanza del pecado original: «¡Oh!, feliz culpa, que nos has merecido tan gran Redentor», que con su dolor ha impreso “sentido” al dolor.

«Mirad el árbol de la cruz, donde colgó el Salvador del mundo: venid y adorémosle» (Liturgia del Viernes Santo). Si conseguimos superar el escándalo y la locura de Cristo crucificado, no hay más que adorarlo y agradecerle su Don. Y buscar decididamente la Santa Cruz en nuestra vida, para llenarnos de la certeza de que, «por Él, con Él y en Él», nuestra donación será transformada, en manos del Padre, por el Espíritu Santo, en vida eterna: «Derramada por vosotros y por todos los hombres para el perdón de los pecados».


NUESTRA REFLEXIÓN PARA HOY DÍA DE LA

EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ POR


BLAS GONZÁLEZ



AMIGOS, ¿SABEMOS LO QUE SIGNIFICA LA CRUZ EN NUESTRA VIDA? CON FRECUENCIA NOS QUEJAMOS DE LA CRUZ Y DECIMOS ¡SEÑOR, QUE CRUZ TAN PESADA LLEVO! SIN DARNOS CUENTA QUE ESA CRUZ QUE CADA UNO LLEVAMOS ES, AUNQUE NOS PAREZCA PESADA, LA MÁS LIVIANA PARA NOSOTROS! ¿HEMOS PENSADO QUE NOSOTROS LLEVAMOS LA CRUZ, NUESTRA CRUZ PARA PURIFICARNOS? ¡SI, NOS PESA! PERO COMO LE TENDRÍA QUE PESAR A CRISTO QUE LLEVABA LA CRUZ POR TODOS LOS PECADOS NUESTROS? ¿HEMOS CAÍDO EN LA CUENTA QUE LA CRUZ ES EL FUNDAMENTO DE NUESTRA SALVACIÓN? ¿SABEMOS QUE DIOS ENVIÓ A CRISTO A LA TIERRA NO PARA JUZGAR AL MUNDO SINO PARA QUE TU Y YO A TRAVÉS DE LA CRUZ DE JESÚS NOS SALVÁRAMOS? EN ESTE DÍA DE LA EXALTACIÓN DE LA SANTA CRUZ, ADOREMOS LA, Y AGARREMOSLA FUERTEMENTE A ELLA PARA QUE A TRAVÉS DE LA CRUZ UN DÍA PODAMOS ESTAR CON JESÚS ABRAZADOS DE LA CRUZ DE LA SALVACIÓN. ¡LA CRUZ ES LA ESPERANZA DE LA VIDA ETERNA! ¿SEREMOS TAN LOCOS QUE NO AMEMOS LA CRUZ? ¡PENSÉMOSLO, NOS JUGAMOS MUCHO!