domingo, 31 de octubre de 2010

DOMINGO 31 DEL TIEMPO ORDINARIO

AMIGOS, COMENTARIO A LA PALABRA DE DIOS:

En este domingo 31 del tiempo ordinario, nos tenemos que preguntar ¿busco a Jesús?

¿DE QUE FORMA? ¿ME RECONOZCO PECADOR O POR EL CONTRARIO SOY COMO AQUELLOS FARISEOS QUE SE ESCANDALIZAN PORQUE JESÚS ENTRA EN CASA DE UN PECADOR A COMER? ¿CUANTAS VECES JUZGO QUE UN SACERDOTE O UNA PERSONA NORMAL, SE RELACION E CON PECADORES?.

TODO ESTO LO PODEMOS VER Y MEDITAR EN EL EVANGELIO DE HOY.

ZAQUEO DE BAJA ESTATURA, CUANDO SE ENTERA QUE JESÚS VA A PASAR POR ALLÍ, SE SUBE A UNA HIGUERA PARA VERLO.

¿HACEMOS NOSOTROS LO MISMO CUANDO QUEREMOS VER A JESÚS?

POR SUPUESTO, NO ME REFIERO A LA HIGUERA, ME REFIERO A VENCER LOS OBSTÁCULOS QUE MUCHAS VECES, NOSOTROS NOS PONEMOS PARA EVITAR EL ENCUENTRO CON JESÚS.

COMO NUESTRO EGOISMO, COMODIDAD, SOBERBIA, Y EN FIN TANTAS COSAS A NUESTRO ALREDEDOR QUE NOS IMPIDE PODER TENER UNA CHARLA CON JESÚS.

A CONTINUACIÓN, SACADO DE LA AGENCIA ZENIT, INSERTO EL COMENTARIO DE ESTE EVANGELIO POR EL SR. OBISPO MONSEÑOR JESÚS SANZ MONTES

OVIEDO, viernes, 29 octubre 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, 31 de octubre
Por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm
OVIEDO, viernes, 29 octubre 2010 (ZENIT.org).- Publicamos el comentario al Evangelio del próximo domingo, 31 de octubre, XXXI del tiempo ordinario (Lucas 19, 1-10), redactado por monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo, administrador apostólico de Huesca y de Jaca.



* * *


El Evangelio de este domingo nos llena de una serena esperanza. Jesús no ha venido para el regalo fácil, para el aplauso falaz y la lisonja barata de los que están en el recinto seguro, sino más bien "ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Aquella sociedad judía había hecho una clasificación cerrada de los que valían y de los que no. Jesús romperá ese elenco maldito, ante el escándalo de los hipócritas, y será frecuente verle tratar con los que estaban condenados a toda marginación: enfermos, extranjeros, prostitutas y publicanos. Era la gente que por estar perdida, Él había venido precisamente a buscar. Concretamente Zaqueo, tenía en su contra que era rico y jefe de publicanos, con una profesión que le hacía odioso ante el pueblo y con una riqueza de dudosa adquisición.
Jesús como Pastor bueno que busca una oveja perdida, o una dracma extraviada, buscará también a este Zaqueo, y le llamará por su nombre para hospedarse en su casa: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa". Lucas emplea en su evangelio más veces este adverbio, hoy: cuando comienza su ministerio público ("hoy se cumple esta escritura que acabáis de oír" -Lc 4,16-22-), y cuando esté con Dimas, el buen ladrón, en el calvario ("te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso" Lc 23,43 ).
El odio hacia Zaqueo, el señalamiento que murmura, condena y envidia... no sirvieron para transformar a este hombre tan bajito como aprovechón. Bastó una mirada distinta en su vida, fue suficiente que alguien le llamase por su nombre con amor, y entrase en su casa sin intereses lucrativos, para que este hombre cambiase, para que volviese a empezar arreglando sus desaguisados.
La oscuridad no se aclara denunciando su tenebrosidad, sino poniendo un poco de luz. Es lo que hizo Jesús en esa casa y en esa vida. Y Zaqueo comprendió, pudo ver su error, su mentira y su injusticia, a la luz de esa Presencia diferente. La luz misericordiosa de Jesús, provocó en Zaqueo el cambio que no habían podido obtener los odios y acusaciones sobre este hombre. Fue su hoy, su tiempo de salvación.
¿Podremos hacer escuchar en nuestro mundo esa voz de Alguien que nos llama por nuestro nombre, sin usarnos ni manipularnos, sin echarnos más tierra encima, sin señalar inútilmente todas las zonas oscuras de nuestra sociedad y de nuestras vidas personales, sino sencillamente poniendo luz en ellas? Quiera el Señor visitar también hoy la casa de este mundo y de esta humanidad. Será el milagro de volver a empezar para quienes le acojamos, como Zaqueo.

Envìa esta noticia a un amigo
arriba

No hay comentarios:

Publicar un comentario