miércoles, 31 de agosto de 2011

HOY 31 DE AGOSTO DEL 2011, CONTEMPLAMOS EL EVANGELIO DEL MIERCOLES XXII DEL TIEMPO ORDINARIO

Contemplar el Evangelio de hoy

Día litúrgico: Miércoles XXII del tiempo ordinario

Texto del Evangelio (Lc 4,38-44): En aquel tiempo, saliendo de la sinagoga, Jesús entró en la casa de Simón. La suegra de Simón estaba con mucha fiebre, y le rogaron por ella. Inclinándose sobre ella, conminó a la fiebre, y la fiebre la dejó; ella, levantándose al punto, se puso a servirles. A la puesta del sol, todos cuantos tenían enfermos de diversas dolencias se los llevaban; y, poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando y diciendo: «Tú eres el Hijo de Dios». Pero Él, conminaba y no les permitía hablar, porque sabían que él era el Cristo.

Al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario. La gente le andaba buscando y, llegando donde Él, trataban de retenerle para que no les dejara. Pero Él les dijo: «También a otras ciudades tengo que anunciar la Buena Nueva del Reino de Dios, porque a esto he sido enviado». E iba predicando por las sinagogas de Judea.

Comentario: Rev. D. Homer VAL i Pérez (Barcelona, España)

«Poniendo Él las manos sobre cada uno de ellos, los curaba. Salían también demonios de muchos, gritando»

Hoy nos encontramos ante un claro contraste: la gente que busca a Jesús y Él que cura toda “enfermedad” (comenzando por la suegra de Simón Pedro); a la vez, «salían también demonios de muchos, gritando» (Lc 4,41). Es decir: bien y paz, por un lado; mal y desesperación, por otro.

No es la primera ocasión que aparece el diablo “saliendo”, es decir, huyendo de la presencia de Dios entre gritos y exclamaciones. Recordemos también el endemoniado de Gerasa (cf. Lc 8,26-39). Sorprende que el propio diablo “reconozca” a Jesús y que, como en el caso del de Gerasa, es él mismo quien sale al encuentro de Jesús (eso sí, muy rabioso y molesto porque la presencia de Dios perturbaba su vergonzosa tranquilidad).

¡Tantas veces también nosotros pensamos que encontrarnos con Jesús es un estorbo! Nos estorba tener que ir a Misa el domingo; nos inquieta pensar que hace mucho que no dedicamos un tiempo a la oración; nos avergonzamos de nuestros errores, en lugar de ir al Médico de nuestra alma a pedirle sencillamente perdón... ¡Pensemos si no es el Señor quien tiene que venir a encontrarnos, pues nosotros nos hacemos rogar para dejar nuestra pequeña “cueva” y salir al encuentro de quien es el Pastor de nuestras vidas! A esto se le llama, sencillamente, tibieza.

Hay un diagnóstico para esto: atonía, falta de tensión en el alma, angustia, curiosidad desordenada, hiperactividad, pereza espiritual con las cosas de la fe, pusilanimidad, ganas de estar solo con uno mismo... Y hay también un antídoto: dejar de mirarse a uno mismo y ponerse manos a la obra. Hacer el pequeño compromiso de dedicar un rato cada día a mirar y a escuchar a Jesús (lo que se entiende por oración): Jesús lo hacía, ya que «al hacerse de día, salió y se fue a un lugar solitario» (Lc 4,42). Hacer el pequeño compromiso de vencer el egoísmo en una pequeña cosa cada día por el bien de los otros (a eso se le llama amar). Hacer el pequeño-gran compromiso de vivir cada día en coherencia con nuestra vida cristiana.


¿CUAL TIENE QUE SER NUESTRA REFLEXIÓN DE HOY?

EL EVANGELIO DE HOY, NOS VIENE ¡QUE NI PINTADO!JESUS, VA CURANDO ENFERMOS Y ECHANDO DEMONIOS QUE SE HABÍAN POSEIDO DE MUCHAS PERSONAS, PERO ¿ESTOS DEMONIOS SALEN SILENCIOSOS DE LAS PERSONAS? DE NINGUNA MANERA, SALEN MALDICIENDO A JESÚS, Y RECONOCIENDO QUE ÉL ES EL HIJO DE DIOS.

¡ES VERDAD, QUE HOY NO SE DAN ESOS CASOS! PERO ¿POR QUE? PORQUE HOY NOS INVADE DE MUY DIVERSAS MANERAS COMO: LA FALTA DE ORACIÓN, EL DEJARNOS IR CONTRACORRIENTE, EL DE PENSAR QUE LA ÉPOCA DE LAS VACACIONES ES PARA TODO, E INCLUSO PARA EL SEÑOR, POR ESO EN ESTE DÍA ÚLTIMO DE AGOSTO, DEBEMOS PREGUNTARNOS ¿COMO HE VIVIDO EL VERANO, LAS VACACIONES? ¿HE DESCUIDADO LA ORACIÓN O HE ORADO BASTANTE POCO? ¿MIS DEBERES COMO CRISTIANO, LOS HE DESCUIDADO? ¿Y LA MISIÓN QUE TENEMOS ENCOMENDADA DESDE QUE NOS BAUTIZAMOS, LA HE LLEVADO A CABO? ¿O ME HE HECHO EL REMOLÓN Y NO HE HECHO ORACIÓN, TAL VEZ HE DEJADO DE IR A MISA, NO HE PARTICIPADO EN LA EUCARISTÍA? ¿HE FRECUENTADO LA CONFESIÓN? PUES AMIGOS, NO NOS DESANIMEMOS Y PREDIQUEMOS EL REINO DE DIOS, PERO LO PRIMERO QUE TENEMOS QUE HACER ES ESTAR EN PAZ CON DIOS Y HACER EL FIRME COMPROMISO DE VOLVERNOS A ÉL, NO OLVIDEMOS QUE ÉL SIEMPRE NOS ESTÁ ESPERANDO, COMO LO HACÍA AQUE PADRE AL QUE EL HIJO LE HABÍA PEDIDO SU PARTE DE LA HERENCIA Y CUANDO YA SE LA HABÍA GASTADO TODA SE PRESENTA ANTE EL PADRE ¡LEVANTÉMONOS, PIDÁMOSLE PERDÓN A NUESTRO PADRE DIOS Y HAGAMOS PROPÓSITO FIRME DE NO APARTARNOS MÁS DE ÉL!





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