viernes, 26 de febrero de 2010

¿HABRÁN SACERDOTES EN EL FUTURO DE LA IGLESIA?

Quiero tratar hoy el tema siguiente:

¿HABRÁN SACERDOTES TODAVÍA EN EL FUTURO DE LA IGLESIA?

Que pregunta tan llena de lógica en el tiempo actual y que fácil es contestar diciendo ¡si los habrán!, pues tenemos la promesa firme de Jesús “tu eres Pedro y sobre esta piedra edificare mi iglesia y el poder del maligno no prevalecerá contra ella” siendo así que, sin la figura del sacerdote la iglesia no puede existir, entonces el futuro de la iglesia no se concibe sin el SACERDOTE


según datos publicados en zenit, Los datos estadísticos referidos a los últimos treinta años hablan de un aumento del 5% de los sacerdotes diocesanos en el mundo, en comparación con un aumento del 48% de los bautizados.
Ya esta breve pista podría explicar el interrogante que aparece en el titulo del comentario.
Pero todavía más que el número de sacerdotes, a la Iglesia le importa la verdad de su experiencia.


¿Por que hoy un tipo de vida como la sacerdotal, que ha hecho felices a miles de hombres y ha contribuido enormemente al crecimiento espiritual de la humanidad, atraviesa una crisis cualitativa tan profunda?
La regeneración de la vida sacerdotal es una de las condiciones para que reflorezca el cristianismo en Europa y más en general en nuestro occidente cansado.

Entre los fundamentos para un renacimiento del sacerdocio tenemos la oración

Hoy muchísimos sacerdotes se pierden en la acción, en el infinito número de actividades y preocupaciones que los atrapan.

El silencio, la oración, la reflexión, y el estudio, son la respuesta a uno de los males que afligen a la figura del sacerdote: el activismo, que se queda en la superficie de las cosas y toma el tiempo de las energías y sentimientos.

La acción que se deriva de la caridad nos introduce en cambio en la obra de Dios, que nos precede y nos supera.

Si el sacerdote no reencuentra el sentido verdadero de la liturgia en su vida, no puede reencontrarse a sí mismo.

El protagonista de la liturgia es Cristo. Viviendo la liturgia, se puede entrar en la vida de Dios y sólo así, los sacerdotes pueden ser compañía eficaz de los hombres.

Sólo descubriéndose hijo, el sacerdote puede ser padre y no es necesario indicar cual es la misión de un padre, en este caso la de atender a todos los que nos acerquemos a él, por esto:

En esta primera semana de cuaresma, se me antoja pensar que si la cuaresma es el camino a la conversión, ésta no es solo para los seglares, sino también
Para los sacerdotes, tengan el rango que tengan,y sin tener que señalar a nadie,digo que nuestro Santo Padre, Benedicto XVI, esta semana ha suspendido todos los actos para dedicarla a sus ejercicios espirituales.

Pido que nos acordemos de SS para que nuestro Padre Dios le guíe como lo está haciendo y pueda gobernar a la Iglesia con mano firme y segura.

Entiendo que todos nuestros sacerdotes y jerarquía eclesiástica deben tomar ejemplo, no solo para recibir esos ejercicios, sino también, que se realicen ejercicios espirituales para los seglares y no hablo de hacerlos en sitios cerrados, sino en plan misional, ejemplo, en nuestra catedral.

Recuerdo que en otra época se hacían y gracias a esos ejercicios espirituales hay tantas familias católicas que los echan en falta, antes, en la cuaresma, todas las parroquias celebraban ejercicios espirituales.

Roguemos a Dios que esa práctica vuelva a realizarse.
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